Hoy se cumple un año de la rotura del transformador de Malvinas Argentinas, ese que durante 17 días complicó la vida de los cordobeses con cortes de hasta seis horas diarias. Sin embargo, aún no se reparó ni se repuso el artefacto, aunque si hoy volviese a darse otro desperfecto de esa magnitud, las consecuencias no serían tan gravosas.
Básicamente, la provincia se surte de dos maneras: del Sistema Interconectado Nacional (SIN), que trae energía de otros lugares del país, y de la generación propia en Córdoba. Luego, todo se reparte a través del Sistema Interconectado Provincial (SIP). La energía que entra a Córdoba por el SIN lo hace a través de cinco transformadores (dos de Malvinas Argentinas y tres de Almafuerte). Se genera en distintas centrales del país a 13,8 kilovatios, pero para transportarlas con facilidad se eleva a 500 (kV).
Transener es la única empresa del país que transporta la energía del SIN y la responsable del funcionamiento de los transformadores.
Así, el transformador que se rompió es uno de los encargados de volver a reducir esa energía, que viene en 500 kilovoltios (kV), a 132 kV, acción indispensable para adecuarse a las líneas de transmisión. Luego, otros transformadores la rebajan a 13 kV y luego a 220 V, cuando llega a las viviendas.
En Malvinas Argentinas hay dos transformadores a través de los cuales pueden entrar a la provincia 300 MVA (megavoltiamperio), y en Almafuerte tres más, dos de 150 MVA y uno de 300. Para dimensionar la importancia de cada artefacto, hoy la demanda máxima de energía de toda la provincia ronda los 1.500 MVA (el año pasado era un 14 por ciento menos) y en la Capital provincial es de 630.
INFO: LA VOZ ON LINE
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