Veintiocho personas (en su gran mayoría jóvenes de una organización cristiana misionera) resultaron heridas en un accidente de tránsito ocurrido a dos kilómetros de esta ciudad en la autopista que une Rosario con Córdoba en el que volcó un colectivo de la empresa Chevallier con 54 pasajeros que había partido desde Catamarca y viajaba hacia la Capital Federal. Varias de las víctimas señalaron ayer a este diario, a modo de denuncia, que el coche venía a alta velocidad, y que en escasos 20 kilómetros se despistó en otras dos ocasiones antes de volcar. “El colectivo pasaba a los camiones como si estuvieran parados”, dijeron.
El siniestro ocurrió a las 3.45 en una recta en un momento donde había buenas condiciones climáticas. Las lesiones recibidas por los heridos no pusieron en riesgo sus vidas. No obstante, una joven del grupo religioso tuvo que ser trasladada al Hospital Clemente Alvarez de Rosario a raíz de un fuerte golpe en la cabeza.
Despiste y vuelco. Las pericias hechas por personal de la comisaría local determinaron que la unidad se despistó y que luego al pretender retornar a la cinta asfáltica el colectivo terminó en el cantero central donde tuvo un vuelco. El estudio coincide con el testimonio del chofer, pero no dio mayores precisiones sobre el motivo del despiste.
El rescate estuvo a cargo de los bomberos voluntarios y los heridos fueron trasladados, en su gran mayoría, al Samco local y al hospital provincial San José de Cañada de Gómez.
El caso que revistió mayor gravedad (pero que en ningún momento puso en riesgo su vida) fue el de una joven que fue llevada a Rosario.
La circulación de ambas manos de la autopista estuvo interrumpida durante tres horas. El colectivo fue llevado a la dependencia policial para una pericia técnica, al igual que los choferes y los heridos a quienes les tomaron declaraciones.
Heridos. El responsable de la comisaría de Armstrong, Domingo García, precisó que el total de lesionados fue de 28 (24 leves y 4 graves), y que los desvíos para facilitar las tareas de rescate se hicieron en los cruces de General Roca y Cañada de Gómez.
El Chevallier partió a las cuatro y media de la tarde de la ciudad de Catamarca. Los pasajeros que subieron en Jesús María, Córdoba, manifestaron que el retraso (a causa de la intensa lluvia) era de dos horas aproximadamente en ese momento. “Dijeron que tuvieron que viajar despacio por la lluvia”, contó una mujer.
Riesgos por la velocidad. Al menos cinco del total de las víctimas señalaron ayer a La Capital, a manera de denuncia, que el interno 5.110 venía antes del vuelco a “alta velocidad”, y que en unos veinte kilómetros ya se había despistado en otras 2 oportunidades.
“Pasaba a los camiones como si estuvieran parados”, contaron Milagros (22) y Mercedes (18) del grupo misionero San Francisco de Asís, que días previos llevó adelante tareas de evangelización durante varias jornadas en la provincia norteña.
En efecto, el interno 5.110 venía con cierto retraso (calculan que era de dos horas aproximadamente). Eso explica que en la autopista haya elevado la velocidad para ganar tiempo.
“Me desperté varias veces y vi que iba muy rápido”, dijo también Victoria, de 25 años, ya en el asiento de atrás del vehículo de sus padres que viajaron de inmediato desde Buenos Aires a Armstrong apenas se enteraron del hecho.
“Las rutas argentinas no están preparadas para la viajar a tanta velocidad y menos aún para los colectivos de dos pisos. Deben prohibirse”, opinó Oscar Andrade, de 61 años.
Por su parte, María Elena, esposa de Andrade, confió que el ómnibus iba muy rápido, y agregó que la celeridad del chofer quedó reflejada cuando hizo apurar a un joven que se estaba bajando en Córdoba para seguir rápidamente con el viaje.
Sin cinturones. Otros pasajeros de la misma unidad, que viajaban a San Nicolás, se mostraron indignados porque no funcionaban los cinturones de seguridad.
Despiste y vuelco. Las pericias hechas por personal de la comisaría local determinaron que la unidad se despistó y que luego al pretender retornar a la cinta asfáltica el colectivo terminó en el cantero central donde tuvo un vuelco. El estudio coincide con el testimonio del chofer, pero no dio mayores precisiones sobre el motivo del despiste.
El rescate estuvo a cargo de los bomberos voluntarios y los heridos fueron trasladados, en su gran mayoría, al Samco local y al hospital provincial San José de Cañada de Gómez.
El caso que revistió mayor gravedad (pero que en ningún momento puso en riesgo su vida) fue el de una joven que fue llevada a Rosario.
La circulación de ambas manos de la autopista estuvo interrumpida durante tres horas. El colectivo fue llevado a la dependencia policial para una pericia técnica, al igual que los choferes y los heridos a quienes les tomaron declaraciones.
Heridos. El responsable de la comisaría de Armstrong, Domingo García, precisó que el total de lesionados fue de 28 (24 leves y 4 graves), y que los desvíos para facilitar las tareas de rescate se hicieron en los cruces de General Roca y Cañada de Gómez.
El Chevallier partió a las cuatro y media de la tarde de la ciudad de Catamarca. Los pasajeros que subieron en Jesús María, Córdoba, manifestaron que el retraso (a causa de la intensa lluvia) era de dos horas aproximadamente en ese momento. “Dijeron que tuvieron que viajar despacio por la lluvia”, contó una mujer.
Riesgos por la velocidad. Al menos cinco del total de las víctimas señalaron ayer a La Capital, a manera de denuncia, que el interno 5.110 venía antes del vuelco a “alta velocidad”, y que en unos veinte kilómetros ya se había despistado en otras 2 oportunidades.
“Pasaba a los camiones como si estuvieran parados”, contaron Milagros (22) y Mercedes (18) del grupo misionero San Francisco de Asís, que días previos llevó adelante tareas de evangelización durante varias jornadas en la provincia norteña.
En efecto, el interno 5.110 venía con cierto retraso (calculan que era de dos horas aproximadamente). Eso explica que en la autopista haya elevado la velocidad para ganar tiempo.
“Me desperté varias veces y vi que iba muy rápido”, dijo también Victoria, de 25 años, ya en el asiento de atrás del vehículo de sus padres que viajaron de inmediato desde Buenos Aires a Armstrong apenas se enteraron del hecho.
“Las rutas argentinas no están preparadas para la viajar a tanta velocidad y menos aún para los colectivos de dos pisos. Deben prohibirse”, opinó Oscar Andrade, de 61 años.
Por su parte, María Elena, esposa de Andrade, confió que el ómnibus iba muy rápido, y agregó que la celeridad del chofer quedó reflejada cuando hizo apurar a un joven que se estaba bajando en Córdoba para seguir rápidamente con el viaje.
Sin cinturones. Otros pasajeros de la misma unidad, que viajaban a San Nicolás, se mostraron indignados porque no funcionaban los cinturones de seguridad.
Fuente: La Capital y Cadena Sudeste
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