La Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual acusó a Marcelo César Martínez por abuso sexual con acceso carnal continuado en perjuicio de una exempleada de la entidad. La presunta víctima, una joven de 27 años, trabajaba en tareas de limpieza en la sede de Villa Allende.
La Justicia de Córdoba imputó al presidente de la Federación de Golf de Córdoba, Marcelo César Martínez, por el delito de abuso sexual con acceso carnal continuado agravado por el daño en la salud psíquica de la víctima, en perjuicio de K. M. A., una exempleada de la entidad.
La Fiscalía de Distrito contra la Integridad Sexual de 2° Turno, a cargo de Ingrid Vago, dispuso además la restricción de acercamiento del acusado a la víctima y la prohibición de salida del país, y fijó una audiencia para la semana próxima en la que el imputado podría declarar.
Martínez, de cercano vínculo familiar con el exhombre fuerte del Justicialismo cordobés, Domingo Angel Carbonetti, fue además vocal de la Agencia Córdoba Deportes en 2011, según consta en el sitio oficial del Gobierno.
Para llegar a la imputación, la Fiscalía realizó peritajes sobre la víctima y el victimario, y tomó declaración a testigos. La joven tiene consecuencias graves en su salud mental, presuntamente derivados de los hechos que habría padecido, por lo que la imputación se agravó.
Los hechos denunciados habrían ocurrido durante un año y medio, aproximadamente, en las oficinas de la Federación de Golf ubicadas en Villa Allende, donde K. M. A, una joven de 27 años, trabajaba como personal de limpieza.
La abogada de la víctima, María Martha Terragno, explicó que el caso refleja un claro abuso de poder en el ámbito laboral. Por ello, además del proceso penal, hay una denuncia radicada en el fuero laboral.
Por su parte, Justiniano Martínez, abogado defensor de Marcelo Martínez, confirmó que su cliente fue notificado formalmente de la imputación, pero negó de manera terminante haber tenido contacto sexual con la denunciante.
El abogado también dijo que en el fuero laboral algunos testigos hablaron de los malos tratos recibidos por Martínez, pero “no hicieron referencia a ninguna cuestión que tenga que ver con lo sexual”.
La crónica de una pesadilla
2022 fue para K. un año que prometía estabilidad. Había conseguido un trabajo en la sede de la Federación de Golf de Córdoba, en Villa Allende, para limpiar oficinas y espacios comunes.
Era un empleo que necesitaba con urgencia: madre sola, con cuatro niños a cargo (dos propios y dos sobrinos bajo su tutela) y con la esperanza de tener un trabajo fijo.
K. había llegado al trabajo recomendada por una conocida, que también trabajaba allí. Según relató una compañera de ella en diálogo con La Voz, K. era una joven callada, de trato amable.
Fue esta mujer quien luego la acompañó en el proceso de denuncia. Ella recordó que en esos meses empezó a ver “cosas raras” en el trabajo.
Notó que Martínez le pedía que fuera a limpiar la “gatera”, un lugar de alto rendimiento donde hay máquinas importantes y que no estaba vidriado, como el resto de la oficina.
“Cada vez que ella iba a limpiar, él salía de la oficina y se metía ahí con ella. Yo veía que se ponía nervioso, que no quería que nadie se acercara”, contó la mujer que trabajó en el lugar y que -según dijo- luego se fue por los malos tratos recibidos de parte de Martínez.
Según consta en su denuncia, durante más de un año y medio K. fue víctima de hostigamiento, amenazas y abusos reiterados.
Al principio, explicó su abogada, el agresor le prometía una mejora laboral y un futuro más estable, y ella accedió a esos encuentros: “Le decía que tenía contactos, que podía conseguirle trabajo en la Provincia o en la Municipalidad. Pero con el tiempo ella se dio cuenta de que eso era sólo una forma de mantenerla sometida. Cuando dijo que no y pidió ‘terminar con esto’, comenzaron las amenazas y la violencia”.
“Va a ser sí, y si no, te vas”
“Cuando ella dijo ‘no’, él le dijo: ‘Va a ser sí, y si no, te vas’”, explicó Terragno.
En diciembre de 2023, K. decidió renunciar. Pero el acoso continuó: mensajes, llamados, advertencias. “Le decía que era una basura, que no iba a conseguir trabajo; que tenía poder y que nadie le iba a creer”, relató la abogada.
En una oportunidad, la joven relató que el hombre la llevó con el pretexto de hacer tareas de limpieza en una casa de Villa Carlos Paz. Según consta en la denuncia, cuando la joven llegó ahí se dio cuenta de que no había nada que limpiar y dijo que el hombre la agarró del cuello y la abusó.
“Ella estaba paralizada. Al principio no hablaba, no podía poner en palabras lo que había vivido”, explicó Terragno.
“Su consentimiento siempre estuvo condicionado: por la necesidad; por el miedo a perder el trabajo; por la jerarquía. Y cuando ella dijo que no, él la siguió abusando. Esa es la esencia del poder abusivo”, agregó.
K. atravesó un cuadro de depresión severa, con dos intentos de suicidio. Hoy recibe atención psicológica y el apoyo del sindicato Utedyc, que la acompaña en el proceso judicial.
Testimonios de maltrato
El testimonio de la compañera de trabajo fue clave. Ella también dejó su trabajo en la Federación después de sufrir lo que describe como un ambiente laboral “violento y degradante”.
“Era un lugar donde todo el mundo tenía miedo de hablar. Yo me fui llorando, pero no podía mirar para otro lado”, dijo. Fue ella quien la acompañó a hacer la denuncia.
INFO: LA VOZ DEL INTERIOR
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