El interno, no había podido ser localizado dentro de la sala 1, correspondiente a pacientes de Salud Mental, desde la madrugada del miércoles 20. Un solo enfermero se encontraba en esos momentos a cargo de los 80 pacientes con que cuenta la sala.
Recién en la mañana del jueves 21, Molina fue encontrado semidesnudo y con señas de importante maltrato, lo que incluía serias mordeduras de animales. Según testimonios de los primeros en hallar el cuerpo, todo indicaría que el interno habría sido arrastrado desde otro lugar hacia el parque del solar.
Al recibir la noticia del deceso de Molina, un hermano residente en San Francisco arribó a Bell Ville a reconocer el cadáver, aunque argumentó imposibilidad de hacerse carga del sepelio de su hermano por falta de recursos.
La policía provincial, tomó cartas en el asunto, tendiente a develar los verdaderos motivos y causas de la muerte del internado. “Fue encontrado en la parte de monte del complejo. Tiene signos de haber sido consumido por alimañas”, dijo a medios provinciales, el jefe de la Departamental Unión, Horacio Franciscón.
El cuerpo, a estas horas, continúa en la morgue hospitalaria, a la espera de una resolución que bregue por el descanso definitivo del desdichado Marcelo Molina.
INFO: LA NUEVA OPINIÓN
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