Hace ya seis años que las calles de Leones no son las mismas, que entre sus veredas y esquinas no hay huellas de aquella diminuta figura que a paso lento pero firme recorría la ciudad repartiendo diarios y revistas para satisfacer a su clientela. Incluso en los días de lluvia o frío, con algún precario abrigo, caminaba hacia los cuatro puntos cardinales con una abultada carga de ejemplares periodísticos para cumplir con la labor que incansablemente ejerció durante más de medio siglo. “El canillita de Leones”, “El duende de las esquinas” o “El transeúnte de las calles lluviosas” fueron solo algunos de los apodos que eternizaron a Simón Suar, un entrañable personaje nacido en Las Varas (Córdoba) el 11 de Diciembre de 1923, que desde temprana edad llegó a Leones para vivir una vida plagada de enigmas, soledades y misterios que se fueron junto a el un 27 de Abril de 2005 con 81 años sobre sus espaldas. Descendiente de familia libanesa, Simón junto a sus padres (Antonio Suar - María Esmeralda Ruade) y tres hermanos (María, Julia Catalina y Julio) se radicaron en Leones donde cursó sus estudios primarios en la escuela Joaquín Víctor González hasta cuarto grado. A los 14 años, se desempeñó como caramelero y poco tiempo después descubrió el cine, su primera gran pasión, cuando comenzó a trabajar como encargado de limpieza en la recordada sala Empire. Allí, se convirtió en proyectista de películas y publicista. En una nota que le realizó el matutino La Voz del Interior en Octubre del 2000 –cuyo título fue precisamente “El duende de las calles”- Simón recordó que “después de la caída de Perón, con la llegada de la inflación, la entrada al cine pasó a costar de 50 centavos a 2 pesos y la gente ya no pudo ir a ver películas. Así fueron cerrando las grandes salas y nunca más volvieron a abrir”.
Pero el oficio por el cual Simón Suar dejó de ser un habitante más para convertirse en un verdadero personaje de esta tierra comenzó a forjarse en 1943 cuando salió a las calles por primera vez al grito de “diario” “diario”. Según le contó al reconocido medio capitalino, el oficio de canillita lo ejerció siempre caminando porque “nunca pude aprender a manejar en bicicleta, mi hermano me quiso enseñar pero me caí tantas veces que me acobardé y preferí seguir caminando”. En aquellos años, Suar esperaba pacientemente sobre la ruta la llegada de los diarios vespertinos rosarinos o cordobeses que arribaban a Leones cerca de las 21 horas. Desde ese momento y hasta la madrugada, el canillita recorría la ciudad para vender los ejemplares del periódico. Con el transcurso de las décadas, su popularidad fue creciendo casi simétricamente con el respeto y cariño que la mayoría de la comunidad le fue profesando ya que prácticamente no había lector de diarios, revistas o historietas que no haya recibido un ejemplar de sus manos, aunque claro está, no faltaron los aprovechadores que en sus últimos años de vida abusaron de su debilidad y vejez para hacerle pasar un trago amargo. Luego de un trabajo realizado por alumnos y personal docente de la escuela Joaquín Víctor González, en 2001 el Concejo Deliberante de Leones declaró a Suar como “Figura Popular de la localidad”. Como gesto de agradecimiento hacia la escuela que lo albergó en su infancia, el canillita comenzó a donar libros y materiales didácticos. En el 2003, pocos meses antes que cumpliera sus 80 años y aún reconocido como el canillita de Leones, Simón Suar fue objeto de un polémico debate cuando La Sociedad Italiana decidió homenajearlo en vida con la construcción de un monumento. Durante varias semanas se debatió sobre la colocación de un busto en su honor antes que se apagara su vida. Hubo quienes estuvieron a favor y quienes objetaron la iniciativa. Lo cierto es que finalmente, tras un frustrado intento de construcción en la esquina de Belgrano y General Paz, la Sociedad Italiana de Leones logró que el monumento al canillita –realizado por la escultora Beatriz Caruso- fuera colocado junto al acceso del edificio de dicha institución sobre Avenida del Libertador. Allí, “El duende de las esquinas” pudo verse reconocido en vida e incluso después de su fallecimiento en 2005, permanece con su imagen como un personaje inolvidable para esta ciudad. De cuando en cuando, algún transeúnte se para a observarlo, quizá recordando alguna historia personal, mientras los ojos del canillita parecen buscar con nostalgia el puesto de diarios ubicado unos pocos metros más adelante.
Con este título, La Voz del Interior del 22 de Octubre del año 2000 reproducía algunas palabras de Simón Suar que transcribimos a continuación: - “En otro época, en el club, los hombres invitaban a sus amigos con el diario como si fuera el café, hoy se reparten las páginas de los ejemplares que compran los dueños del bar”. - “Años atrás, solamente por la noche, vendía más de 100 diarios. Llegaba a hacer dos vueltas completas a toda la ciudad recorriendo comedores, bares y casas de familia”.- “El diario Córdoba me dio un carnet de corresponsal en el año 1957 y cuando ocurría algo en Leones, yo les mandaba la información”.
INFO: EL INFORMANTE
FOTOS : NUEVO DÍA / EL INFORMANTE
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