La Justicia de Villa María procura dilucidar un caso de "tentativa de homicidio" perpetrado por dos efectivos de la Policía Caminera en perjuicio de un transportista de 45 años de edad, radicado en esta ciudad.
Se trata de Domingo Córdoba, quien ayer concurrió a la Fiscalía de Instrucción del Tercer Turno para constituirse como querellante particular en la causa, con el patrocinio del abogado local Gabriel Mussati.
Las actuaciones procesales están a cargo del fiscal Daniel Del Vö, asistido por el secretario Walter Gesino, quienes el próximo martes le tomarán declaración testimonial en la sede tribunalicia de calle General Paz.
Córdoba, quien no posee antecedentes policiales ni penales, se domicilia en Derqui 976, en barrio Mariano Moreno de esta ciudad, y se gana la vida conduciendo un camión arenero.
El grave suceso que se intenta esclarecer se produjo en horas de la madrugada del pasado domingo 21 de noviembre a unos dos kilómetros del cruce de las rutas nacional 158 y provincial 2, de camino a Pampayasta.
Según relató la víctima, los dos ocupantes del móvil Nº 5.705 de la Caminera, que se encontraban realizando un control vehicular en dicho cruce, salieron en persecución de Córdoba cuando éste pretendió eludir la inspección policial porque no llevaba el casco reglamentario ni la tarjeta de identificación del rodado de su propiedad.
Quizás creyendo que se trataba de un delincuente, los uniformados siguieron raudamente al motociclista y le dieron alcance a unos 2.000 metros, donde embistieron al rodado menor en plena ruta.
Producto del impacto, Córdoba cayó sobre el pavimento y quedó semiinconsciente, mientras la moto, marca Cerro (patente 296 DKM), de color rojo, cruzó la carpeta asfáltica y terminó su recorrido sobre la banquina contraria.
Lo grave del caso es lo que ocurrió después, ya que lejos de auxiliar al "sospechoso", los policías lo pisotearon y lo apuñalaron en la región abdominal, para luego darse a la fuga con rumbo a Pampayasta.
De acuerdo con su descripción de los hechos, uno de los uniformados se paró sobre los brazos extendidos de Córdoba, que yacía inmóvil en el suelo, y luego de unos pocos segundos sintió que un elemento cortante lo lesionaba gravemente en el abdomen.
Malherido, escuchó que los policías subieron al móvil y se alejaron del lugar, pero entre 10 y 15 minutos después advirtió que el mismo patrullero regresaba a la escena del alevoso ataque, por lo que Córdoba pensó que irían a rematarlo.
Sin embargo, los efectivos lo tomaron de los brazos y lo alejaron de la ruta, abandonándolo en un descampado de la banquina. Casi de inmediato llamaron al Cuartel de Bomberos, cuyo personal arribó rápidamente al lugar a bordo de una unidad de traslado.
Con la premura del caso, Córdoba fue trasladado hasta el Hospital Regional Pasteur, al que llegó prácticamente con las vísceras en las manos.
En el nosocomio de calle Mendoza fue asistido inicialmente en la Guardia y luego pasó al quirófano, donde los médicos le practicaron una delicada intervención quirúrgica que demandó un par de horas.
El transportista estuvo internado varios días en la Unidad de Terapia Intensiva con asistencia respiratoria mecánica y en estado de coma farmacológico, bajo un cuadro de gravedad y con pronóstico reservado ya que su vida corrió serio peligro.
Sin embargo, Córdoba pudo recuperarse satisfactoriamente y abandonó el Hospital la semana pasada.
La Policía contó "otra" historia
Al caer la tarde del mismo domingo 21, en su habitual parte de prensa, la Unidad Departamental San Martín informó que un motociclista había resultado lesionado durante una persecución policial y que lo encontraron tirado en la banquina y con un profundo corte en al abdomen.
Oficialmente se indicó entonces que el hecho se había producido alrededor de las 3 de la madrugada, cuando efectivos de la Policía Caminera se encontraban realizando un control en la intersección de las rutas 158 y 2.
En esas circunstancias se aproximó al lugar una moto de color rojo, "cuyo conductor, al percatarse de la existencia del puesto policial, aceleró la marcha del rodado y fugó entre los vehículos por la ruta 2, rumbo a Pampayasta".
De inmediato, los uniformados salieron por detrás en procura de dar alcance al sospechoso, "que no sólo ponía en peligro su vida por la forma de conducirse, sino también la de terceros y a los fines de evitar un mal mayor", según expresó la Departamental.
Sin embargo, "pese a recorrer la patrulla unos cinco kilómetros por la mencionada carretera, no fue posible dar con el paradero del motociclista, al que sí hallaron cuando emprendieron el regreso".
La Policía refirió que el hombre "fue encontrado al costado del camino asfaltado, en la banquina y entre los árboles, boca arriba y con un corte en el abdomen, mientras que la moto se encontraba tendida a unos metros del lugar, totalmente destrozada".
Los policías solicitaron la asistencia de una unidad de Bomberos que, poco después, trasladó al motociclista al Hospital Pasteur, donde los médicos se percataron que había sufrido una grave lesión por tratarse de una herida de arma blanca.
Se trata de Domingo Córdoba, quien ayer concurrió a la Fiscalía de Instrucción del Tercer Turno para constituirse como querellante particular en la causa, con el patrocinio del abogado local Gabriel Mussati.
Las actuaciones procesales están a cargo del fiscal Daniel Del Vö, asistido por el secretario Walter Gesino, quienes el próximo martes le tomarán declaración testimonial en la sede tribunalicia de calle General Paz.
Córdoba, quien no posee antecedentes policiales ni penales, se domicilia en Derqui 976, en barrio Mariano Moreno de esta ciudad, y se gana la vida conduciendo un camión arenero.
El grave suceso que se intenta esclarecer se produjo en horas de la madrugada del pasado domingo 21 de noviembre a unos dos kilómetros del cruce de las rutas nacional 158 y provincial 2, de camino a Pampayasta.
Según relató la víctima, los dos ocupantes del móvil Nº 5.705 de la Caminera, que se encontraban realizando un control vehicular en dicho cruce, salieron en persecución de Córdoba cuando éste pretendió eludir la inspección policial porque no llevaba el casco reglamentario ni la tarjeta de identificación del rodado de su propiedad.
Quizás creyendo que se trataba de un delincuente, los uniformados siguieron raudamente al motociclista y le dieron alcance a unos 2.000 metros, donde embistieron al rodado menor en plena ruta.
Producto del impacto, Córdoba cayó sobre el pavimento y quedó semiinconsciente, mientras la moto, marca Cerro (patente 296 DKM), de color rojo, cruzó la carpeta asfáltica y terminó su recorrido sobre la banquina contraria.
Lo grave del caso es lo que ocurrió después, ya que lejos de auxiliar al "sospechoso", los policías lo pisotearon y lo apuñalaron en la región abdominal, para luego darse a la fuga con rumbo a Pampayasta.
De acuerdo con su descripción de los hechos, uno de los uniformados se paró sobre los brazos extendidos de Córdoba, que yacía inmóvil en el suelo, y luego de unos pocos segundos sintió que un elemento cortante lo lesionaba gravemente en el abdomen.
Malherido, escuchó que los policías subieron al móvil y se alejaron del lugar, pero entre 10 y 15 minutos después advirtió que el mismo patrullero regresaba a la escena del alevoso ataque, por lo que Córdoba pensó que irían a rematarlo.
Sin embargo, los efectivos lo tomaron de los brazos y lo alejaron de la ruta, abandonándolo en un descampado de la banquina. Casi de inmediato llamaron al Cuartel de Bomberos, cuyo personal arribó rápidamente al lugar a bordo de una unidad de traslado.
Con la premura del caso, Córdoba fue trasladado hasta el Hospital Regional Pasteur, al que llegó prácticamente con las vísceras en las manos.
En el nosocomio de calle Mendoza fue asistido inicialmente en la Guardia y luego pasó al quirófano, donde los médicos le practicaron una delicada intervención quirúrgica que demandó un par de horas.
El transportista estuvo internado varios días en la Unidad de Terapia Intensiva con asistencia respiratoria mecánica y en estado de coma farmacológico, bajo un cuadro de gravedad y con pronóstico reservado ya que su vida corrió serio peligro.
Sin embargo, Córdoba pudo recuperarse satisfactoriamente y abandonó el Hospital la semana pasada.
La Policía contó "otra" historia
Al caer la tarde del mismo domingo 21, en su habitual parte de prensa, la Unidad Departamental San Martín informó que un motociclista había resultado lesionado durante una persecución policial y que lo encontraron tirado en la banquina y con un profundo corte en al abdomen.
Oficialmente se indicó entonces que el hecho se había producido alrededor de las 3 de la madrugada, cuando efectivos de la Policía Caminera se encontraban realizando un control en la intersección de las rutas 158 y 2.
En esas circunstancias se aproximó al lugar una moto de color rojo, "cuyo conductor, al percatarse de la existencia del puesto policial, aceleró la marcha del rodado y fugó entre los vehículos por la ruta 2, rumbo a Pampayasta".
De inmediato, los uniformados salieron por detrás en procura de dar alcance al sospechoso, "que no sólo ponía en peligro su vida por la forma de conducirse, sino también la de terceros y a los fines de evitar un mal mayor", según expresó la Departamental.
Sin embargo, "pese a recorrer la patrulla unos cinco kilómetros por la mencionada carretera, no fue posible dar con el paradero del motociclista, al que sí hallaron cuando emprendieron el regreso".
La Policía refirió que el hombre "fue encontrado al costado del camino asfaltado, en la banquina y entre los árboles, boca arriba y con un corte en el abdomen, mientras que la moto se encontraba tendida a unos metros del lugar, totalmente destrozada".
Los policías solicitaron la asistencia de una unidad de Bomberos que, poco después, trasladó al motociclista al Hospital Pasteur, donde los médicos se percataron que había sufrido una grave lesión por tratarse de una herida de arma blanca.
INFO: EL DIARIO
(2594) Córdoba - Argentina
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