Un mes y 6 días. Apenas eso falta para que suene la campana de largada para el calendario electoral que definirá todos los cargos ejecutivos de la provincia de Córdoba durante los próximos cuatro años. Adelantado casi un año a la contienda nacional, la ciudad de Marcos Juárez será la primera parada en donde oficialismo y oposición dirimirán su suerte, en medio de un clima que será analizado, también, con la lupa nacional.
El caso de una de las localidades ubicadas en el corazón productivo del sur provincial es paradigmático por lo que representa políticamente para la historia reciente de nuestro país. A finales del 2014, fue el primer punto en el que pudo asentarse la coalición Cambiemos, inaugurando una temporada de victorias que rápidamente e instaló a nivel nacional y adelantó la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación un año más tarde. Aquella noche en la que el actual intendente, Pedro Dellarossa, fue elegido como jefe político local tuvo como protagonistas excluyentes a los máximos referentes del cambiemismo que quiso (y logró) instalar esa victoria como antesala de la contienda nacional.
“No se puede perder”
Hoy, todo el escenario político augura y teme lo mismo. La particularidad del presente juega, además, con lo que la oposición siente es el mejor escenario en mucho tiempo para subirse al poder provincial y despojar de allí, luego de un cuarto de siglo, al peronismo provincial. Por eso –repiten- “no se puede perder Marcos Juárez”.
Luego de una serie de tensiones internas que puso entre la espada y la pared a Dellarossa, el intendente eligió como candidata a Sara Majorel. La opción por la actual presidenta del Concejo Deliberante local no hubiese retumbado tanto en los pasillos políticos marcosjuarenses si, por ello, la principal perjudicada por ese movimiento no hubiese dado el salto al schiarettismo, complicando así un cálculo general que vaticinaba una victoria segura por parte de Juntos por el Cambio.
A sabiendas de la importancia de la elección, el peronismo cordobés decidió ceder la cabecera de la lista municipal y selló una alianza con la ex secretaria de Gobierno de Dellarossa, Verónica Crescente, que aspiraba a ser la elegida por el intendente para garantizar la “continuidad” del proceso iniciado ocho años atrás.
La pelea por la continuidad
El escenario es, entonces, casi disparatado. Propio de una provincia en la que el Gobierno provincial cuenta con una espalda de tal envergadura que no necesita echar mano a los artilugios que benefician gestiones locales de su mismo color político. Por estrategia, por su enclave territorial estratégico o por su buena relación con el jefe de gobierno local, el trato de Schiaretti con Marcos Juárez fue excepcional. Hace apenas unas semanas, se fotografió con Dellarossa mientras anunció una batería de obras e inversiones para la ciudad en un escenario en el que intercambió elogios con el intendente PRO y también se reunió con la candidata opositora.
En ese marco, la discusión principal en el sur provincial se centraliza en dos propuestas que se asientan sobre la garantía de continuidad de lo hecho durante los últimos años. El debate está puesto en el horizonte. Mientras Crescente expone un vínculo directo que con el peronismo provincial, Majorel apuesta a ser la que inicie un proceso de cambios que le daría una “llegada” más directa a la próxima administración provincial. Si el cambio se da en ambas administraciones, es difícil imaginar si el “pase” de la ex secretaria de Gobierno puede llegar a tener o no consecuencias para una hipotética gestión suya.
Todo al 11
El domingo 11 de septiembre será la fecha en que la historia terminará de dictaminarse. Hasta que eso suceda, Marcos Juárez será el escenario en el que la disputa política provincial adelantará sus tiempos de contiendas.
El que mejor entiende ese escenario es Luis Juez, el único hombre que recorre la provincia con intenciones expuestas de convertirse en el próximo gobernador de Córdoba. En el sur avanza con sus críticas a la administración provincial y carga su artillería contra Schiaretti y el Gobierno nacional, buscando unificar los perfiles detrás del peronismo genérico. El PJ decide no contestar pero también atiende ese devenir a partir de una estrategia que, encuestas en mano, por el momento no apuran un desembarco demasiado estruendoso.
Juntos por el Cambio sí entiende que no hay tiempo que perder. Desde que se oficializó la candidatura de Majorel, Juez fortaleció su presencia en el “kilómetro cero” de Cambiemos y esta semana lo hizo acompañado por dirigentes provinciales de peso específico en el universo opositor como los diputados Rodrigo De Loredo, Mario Negri, Laura RodrÍguez Machado, Héctor Baldassi y Marcos Carasso, el también titular del Comité Provincia de la UCR que llegó acompañado de sus pares Javier Pretto y Gregorio Hernández Maqueda, presidentes provinciales de la Coalición Cívica y el PRO. “Marcos Juárez vuelve a ser el kilómetro cero, esta vez es el comienzo de una nueva etapa para quienes tenemos serias intenciones de terminar con 24 años de peronismo en la provincia de Córdoba”, dijo el referente del Frente Cívico que sabe que puede salir a vender una victoria que comience a “viralizar” un clima social a su favor.
“Los de afuera son de palo”
Mientras el peronismo provincial todavía no tiene definido si va a exponer a Llaryora en la campaña del sur, y Schiaretti delega el paso de la gestión provincial en los referentes departamentales y en funcionarios que lleven anuncios relacionados con la gestión, Juntos por el Cambio volverá a mover su estructura nacional para que Marcos Juárez sienta el peso de la importancia que el espacio le da la elección. En las próximas semanas, pasarán por actos y recorridas el figuras con Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Nadie descarta la presencia de figuras nacionales del radicalismo y la Coalición Cívica.
“Los de afuera son de palo”, dijo el gobernador cuando visitó la ciudad semanas atrás. Fue un palo a Juez, pero también una forma de protegerse y correr el cuerpo ante cualquier tropiezo que pueda ser adjudicado a la fuerza política que comanda.
Quedan 37 días para que Córdoba abra su temporada de elecciones y todo el mundillo político tiene la mirada puesta en el mismo lugar. En medio de la crisis nacional, con un kirchnerismo prácticamente inexistente y un puñado de fuerzas opositoras con un rol casi testimonial, Marcos Juárez decidirá entre dos proyectos que gobernaron conjuntamente la ciudad durante dos gestiones consecutivas. Con pocos matices en lo práctico, pero con un condimento fundamental, lo que allí suceda adelantará festejos y preocupaciones de cara a la disputa central, la elección provincial que tendrá lugar con fecha a definir en 2023.
INFO: LA NUEVA MAÑANA
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