Marcos Orozco, está acusado de haber matado de un escopetazo al villanovense Rafael Sosa. El hecho se produjo cuando la víctima, de 70 años, estaba pescando junto a su amigo Rubén Lehmann, quien salvó su vida por milagro
El fiscal René Bosio elevó a juicio la causa penal que se le sigue a Marcos Emmanuel Orozco (28), un irascible sujeto que mató de un escopetazo a un vecino de Villa Nueva e hirió a otro hombre que lo acompañaba, cuando ambos se encontraban pescando en el arroyo Las Mojarras hace casi tres meses.
Orozco, un jornalero nacido en esta ciudad el 1 de julio de 1992 y domiciliado en bulevar Alvear 212, deberá comparecer en audiencia oral y pública como presunto autor de “homicidio agravado por uso de arma de fuego”, “homicidio agravado por uso de arma de fuego en grado de tentativa”, “amenazas calificadas por uso de arma” y “amenazas”.
El primero y más grave de los delitos tiene que ver con el crimen de Rafael Mercedes Antonio Sosa (70), quien murió instantes después de recibir una perdigonada en la cabeza, el cuello y el tórax, en horas de la tarde del pasado domingo 2 de agosto.
Ese día, poco después de las 16, Sosa se encontraba pescando junto a su amigo Rubén David Lehmann (60) en un sector del arroyo que cruza la ruta nacional 158, a la altura del kilómetro 141, cerca de la vecina localidad de Las Mojarras.
En esas circunstancias, llegó al lugar el imputado Orozco, quien por entonces estaba radicado a unos 200 metros de allí. “¡Qué están haciendo acá!”, inquirió enfáticamente, y luego de reclamarles “váyanse a pescar a lo de Cingolani” (otro vecino de la zona), comenzó a arrojarles cascotes de tierra.
Fue entonces cuando Lehmann le contestó que tanto él como su amigo se encontraban “en una calle pública” y, por ende, no estaban en la propiedad de nadie, tras lo cual el agresor salió corriendo hacia la casa desde la cual había llegado.
Apenas un par de minutos más tarde, Orozco regresó portando una escopeta de un caño marca Sportman, calibre 16, y apuntó hacia donde se hallaban los dos pescadores. Asustados, Sosa y Lehmann se ocultaron parcialmente detrás de un árbol de escasa talla y, desde unos cinco a 10 metros de distancia, el agresor efectuó un disparo que alcanzó de lleno al septuagenario y le ocasionó heridas leves a su amigo.
Sosa alcanzó a caminar unos metros y se desplomó en el cauce del arroyo, donde dejó de existir. Lehmann salió corriendo para poner distancia y empezó a gritar pidiendo ayuda, mientras que Orozco se acercó al cuerpo del villanovense y lo tocó, como tratando de verificar si estaba vivo.
Instantes después, Lehmann le recriminó a viva voz “¡lo mataste, hijo de puta!”, a lo que el homicida le respondió en forma tajante: “Te voy a pegar un tiro a vos también”.
Info: eldiariocba.com.ar
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