LEONES: TRES CORAZONES LATIENDO AL COMPÁS DE UNO

Ariadna e Ignacio viven en la localidad de Leones (Córdoba), donde ella tiene un local de venta de Accesorios de moda y él desarrolla su profesión de abogacía. Hace unos años decidieron casarse y formar una familia, por lo que pusieron todo su empeño en ser papás. Esta tarea no les fue fácil, y decidieron hacerse varios tratamientos de fertilidad, sin obtener los resultados esperados. Luego de varios intentos, llegó la feliz noticia de que estaban embazados y el bebé venía desarrollándose perfectamente.

El mundo de Ari y Nacho pareció derrumbarse cuando a los 7 meses de embarazo se realizaron la ecografía morfológica y descubrieron que algo no estaba bien en el pequeño corazoncito. “El ecógrafo nos comentó que observaba una anomalía en su corazón. Sin decirnos la gravedad del caso y con buen criterio nos derivó a un Centro de Diagnóstico Ultrasonográfico de la ciudad de Córdoba con dichos estudios, para confirmar sus sospechas. Fue allí donde recibimos la dolorosa noticia del problema de Guido, denominado Tetralogia de Fallot. Técnicamente, esta enfermedad tiene diferentes niveles de gravedad que aún no se podía diagnosticar, por lo que nos dieron un abanico de posibilidades de lo que sucedería. Una de ellas era que haya que operarlo a horas de nacido, lo cual implicaba riesgos muy altos” explica Ignacio, quien junto a su esposa no se paralizaron ante tamaña confirmación y decidieron hacerle frente a la situación.

“La noticia fue devastadora. Pasamos momentos muy duros y nos costó muchísimo asumir la realidad” relata el papá, que encontró en nuestra institución la contención y responsabilidad que necesitaba para que su bebé nazca con todos los recaudos y atenciones del caso. “SanCor Salud nos contuvo, se puso en nuestro lugar y se preocupó por brindarnos las mejores alternativas para afrontar el problema de Guido” recuerda Ignacio, agradecido por el accionar de todos los que intervinieron.

Las semanas pasaron rápidamente y la llegada del primer hijo de Ari y Nacho era inminente. “Por fin llego el día que tanto esperábamos. Fue por parto natural y salió todo dentro de lo previsto. Pocas horas después, Guido tuvo una arritmia y tuvieron que trasladarlo a Terapia Intensiva, donde estuvo por una semana. En esos días, los médicos analizaron su caso y le realizaron varios estudios para saber con exactitud cuál era el grado de la dolencia que Guido tenía. Los resultados fueron muy alentadores, ya que determinaron que se trataba de un Fallot leve, que se solucionaría con una operación aproximadamente al año de vida. Con este panorama, continuamos los controles mensuales, y conforme a los monitoreos los médicos consideraron que el momento ideal para llevar a cabo la operación sería a los 10 meses, así que la programaron para esa fecha”.

Nacho y Ari fueron muy confiados a la cirugía. Tenían el resguardo de los profesionales, que le habían explicado todos los pasos a seguir para la recuperación del bebé y contaban con el sustento de sus seres queridos “recibimos el apoyo masivo de todo el pueblo. Organizaban cadenas de oraciones en Leones y hasta gente que ni conocíamos llevaba fotos de nuestro bebé a diferentes lugares religiosos. Llegó el día y la operación duró menos de lo previsto. Nunca vamos a olvidar el momento en que el doctor nos llamó para darnos el parte. Esos segundos parecieron eternos, pero por suerte recibimos buenas noticas: la operación había sido un éxito. Fue lo más importante que escuchamos en nuestra vida” recuerda Ignacio, que hoy disfruta de las travesuras de su bebé. “La bendición continuo porque Guido se recuperó de manera asombrosa. En una semana ya estaba gateando y jugando, por lo que nos dieron el alta” comenta.

A meses de la operación que devolvió la alegría a la familia Meyer, su papá reflexiona “creo que hubo muchos factores que hicieron que Guido hoy pueda disfrutar de una vida plena. Fue muy importante detectar el problema a tiempo, porque si no hacíamos la ecografía 4D, quizás no lo hubiésemos descubierto a tiempo y los daños serían irreversibles. También fue muy importante su post operatorio, en lo que Ari estuvo compenetrada al 100%, al punto de estar todo el invierno sin salir de casa. También debemos agradecerle a los médicos que aplicaron todos sus conocimientos al servicio de nuestro bebé, y a SanCor Salud que frente a una situación donde debían hacerse cargo de mayores honorarios y gastos, priorizaron la vida de un bebé a sus propias ganancias, lo cual creo que es el fin social que la define, ya que al momento de resolver un tema tan delicado como éste,  primero bregaron por la vida del paciente”, exclama Nacho, con un inmenso gesto de agradecimiento.

“Hoy, gracias a todo y todos podemos disfrutar a Guido a pleno y tener la tranquilidad que su expectativa de vida es la de un bebe normal —sin operación la expectativa de vida era muy corta— que va a poder jugar y correr como cualquier chico de su edad. En estos días Guido está dando sus primeros pasos y no hay para nosotros alegría más grande que verlo haciendo travesuras y sonriendo feliz, sin miedo a que se agite o se desmaye. Nuestro mensaje a otros padres es que no dejen de hacerse la ecografía morfológica que puede detectar problemas como éste, y que si les toca una situación como la nuestra no se queden quietos, que no los paralice la situación. Busquen lo mejor para solucionarlo, donde sea y no se queden con una sola opinión. No se den por vencidos y piensen que solo ustedes pueden ayudarlo”.

INFO: SANCOR SALUD
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