El tablero político local intenta reacomodar sus piezas tras el puntapié que recibió hace algunos días nada más, cuando Verónica Crescente decidió renunciar al cargo más alto dentro del Departamento Ejecutivo Municipal detrás del intendente. A pocas semanas del plazo final para la presentación de listas los partidos apuran las definiciones de candidaturas para las elecciones municipales.
Las estrategias y planificaciones que existían puertas adentro de los locales partidarios se vieron alteradas con la renuncia de la ex secretaria General de Servicios. Los tiempos previstos por los partidos apuntaban a julio para presentar a sus candidatos para la elección de septiembre, una iniciativa similar a lo ocurrido en el 2014 cuando los electores debieron esperar casi a la fecha de cierre para conocer las listas.
Si bien el oficialismo comenzaba a mostrar a Sara Majorel con mayor frecuencia, intentaba mantener en una marcha baja la confirmación de la candidatura. Poco a poco iba tomando cada vez más color la imagen de la presidenta del Concejo Deliberante en redes sociales y en medios de comunicación como la «elegida».
Estas acciones cada vez más evidentes colocaron a Crescente fuera de la contienda interna y decidió buscar en nuevos horizontes la posibilidad de ir tras el sillón de Tiscornia. En la noche del miércoles participó de la reunión abierta que realiza la Unión Vecinal y su presencia generó gran expectativa entre los vecinalistas.
«Dejó una muy buena imagen e impulsó la energía del partido para disputar la candidatura dentro del frente que tenemos con el justicialismo», expresaba horas después un alto dirigente de la UV. Con esta motivación en su máximo nivel el partido encargó una encuesta para llevar a la mesa de negociación y confían en que Crescente supere a Eduardo Foresi para que encabece la lista el 11 de septiembre.
El vecinalismo asegura que el acuerdo mantiene vigente la decisión de postular al dirigente «que mejor mida», mientras que desde el PJ no se manifiestan tan abiertos a modificar una candidatura a tan corto plazo de desarrollar los comicios. Y es en este punto donde podría darse una ruptura y que cada partido se presente por separado.
Para el 13 de julio esta decisión debe estar tomada ya que se vence el plazo de inscripción de alianzas. Si no hay acuerdo todo se encaminará al 12 de agosto, pero ya con las piezas de las oposiciones ya jugadas.
En el oficialismo confían que una división será beneficiosa y mejorará las condiciones previas a las elecciones. Luego deberá capitalizarse ese contexto, una tarea complejo producto de un electorado tan volátil como el marcosjuarense.
INFO: LA INFO SEMANAL
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