INRIVILLE : Por el plan de “tolerencia cero” los curas deberán conducir bicicletas

Después de celebrar misa los controles de alcoholemia en las rutas dan positivo a los sacerdotes católicos.

INRIVILLE - El plan de “tolerancia cero” al consumo de alcohol entre quienes conducen vehículos en las rutas provinciales, obligará a partir del primero de marzo a los sacerdotes católicos de Córdoba a conducir bicicletas, caballos o sulkis ya que la mínima ingesta de vino que implica la celebración de una misa, los expondrá al riesgo de no superar los controles de alcoholemia con la elevada multa que ello implica.
Aunque esta afirmación puede sonar descabellada, no lo es en modo alguno ya que fue comprobada empíricamente el pasado fin de semana por Gonzalo Riera, el cura párroco de la localidad de Inriville. Luego de celebrar la ceremonia litúrgica que implica la consagración y posterior consumo de una dosis reducida de vino Moscatell y mientras transitaba por la ruta provincial que conecta su pueblo con General Baldissera, Riera decidió por curiosidad someterse a un test de alocoholemia de la Policía provincial. Grande fue su sorpresa cuando le dijeron que había dado positivo el control, aunque por una cifra mínima.
“Cuando me enteré que empezaría a regir la ley de tolerancia pensé en las misas que ofrezco en la zona, una a las 9 en Inriville y otra a las 10.30 en General Baldissera. Por eso decidí consultar a los muchachos de la Caminera qué pasaba con esta situación”, explicó el sacerdote.
Si bien la ingesta de alcohol es mínima, casi simbólica, el cura no quería correr riesgos.
Por este motivo, le pidió a los policías del control sobre la Ruta 6 que le realicen la prueba. 
“Aunque el resultado fue mínimo, de apenas 0,1 miligramos de alcohol por litro de sangre, es suficiente para violar la flamante ley provincial que entrará en vigencia el mes próximo”, recordó el sacerdote.
“Para mí no se trata de un problema. Veré como lo resuelvo. Podría poner un chofer o bien espaciar las misas que celebro en cada localidad”, indicó.
La otra opción para Riera y numerosos sacerdotes del interior provincial que como él transitan las rutas después de concretar estas celebraciones litúrgicas, es trasladarse en bicicleta, caballo o sulkis, vehículos que no están expuestos al riesgo de controles de alcoholemia. 
Es que no todos tienen la posibilidad de contratar un chofer o de cambiar los horarios de las misas que brindan en distintos pueblos con escasa diferencia de tiempo. 
Lo cierto es que la rigurosidad en exceso para algunos especialistas en la materia, de la nueva ley provincial de “tolerancia cero” para conducir en las rutas, puede complicar la vida a cualquier persona, aún las que sólo beben un vaso de cerveza o como en el caso de los curas, apenas toman un sorbo de vino consagrado en cada misa.

INFO: LA MAÑANA DE CÓRDOBA
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