Se trata de José Alberto Reyna, de 28 años que trabajaba en la unidad X de Cañada de Gómez (Oriundo de San Genaro). Le disparó a su hija Josefina en la cabeza, que perdió masa encefálica pero aún vive. Todo empezó con una discusión con su ex mujer. |
El jueves, a las 13.30, se desató una tragedia familiar dentro de la vivienda ubicada sobre calle Lisandro de la Torre S/Nº del barrio Municipal de la localidad de San Genaro Este, departamento San Jerónimo, cuando un policía franco de servicio concurrió hasta la casa de su ex mujer, discutió con ella, luego se encerró en un baño con la pequeña hija de ambos, de dos años, les descerrajó un disparo en la cabeza, y finalmente se pegó un balazo en la sien y falleció en el lugar. La antesala de semejante locura asesina comenzó minutos después de las 13, cuando José Alberto Reyna, de 28 años, que era un policía en actividad y con prestación de servicio en la UR X de Cañada de Gomez, llegó hasta el domicilio particular de su ex mujer, Débora Aranda, de 24. Con ella mantuvo una áspera discusión verbal sobre cuestiones íntimas, luego alzó a la pequeña hija de ambos, Josefina, de dos años, se encerró en el baño, e inmediatamente se escucharon dos disparos seguidos de arma de fuego. La ex mujer de Reyna, Débora Aranda, a esa altura inmersa en una fuerte crisis de nervios, llamó por teléfono a los policías del tercio de guardia de la comisaría 6ª de San Genaro Este. Éstos arribaron minutos después y tumbaron la puerta del baño y hallaron a Josefina de dos años, con vida, pero con un disparo de arma de fuego en el parietal derecho de su cabeza y con pérdida de masa encefálica, y al policía José Alberto Reyna, de 28, fallecido con un tiro en el lado derecho de la sien. Desde la comisaría 6ª de San Genaro Este dieron cuenta del suceso a la jefatura de la Unidad Regional XV, San Jerónimo, de la policía santafesina, y el jefe de esa departamental policial, comisario general Edmundo Torres Fernández. Con su plana mayor fueron hasta el domicilio adonde se desató la locura criminal. Josefina Aranda, de dos años, estaba con vida y el tiro que le disparó su padre la impactó en el parietal derecho de su cabeza, y el médico policial constató que la nena tenía pérdida de masa encefálica; fue trasladada de urgencia hasta el hospital Italiano de la ciudad de Rosario. Inmediatamente llegaron hasta el lugar los peritos de la Policía Científica que realizaron los peritajes de rigor –huellas y rastros, planimétrico, fotografía y balística–, cuyos informes finales serán anexados a las actuaciones que se instruyen en la división judicial de la UR XV, San Jerónimo, bajo la carátula provisoria de “tentativa de homicidio agravada seguida de suicidio”. La jueza de Instrucción en turno, Susana Luna, ordenó la remisión del cadáver a la morgue judicial santafesina, para la realización de la necropsia. |
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