LEONES: Pro y contras de una fiesta con mucha tradición

A 30 años del desfile de carrozas de la primer PROSEU, Promociones Secundarias Unidas de Leones y a 55 años de la Estudiantina, se rememoró una nueva edición del tradicional evento estudiantil de la ciudad, que habitualmente se renueva con la alegría de los más jóvenes que le da todo el brillo que siempre supo tener en otras épocas.
Las tradiciones se mantienen aunque la cultura haya virado en 180 grados. 
Antes, el hecho de ser estudiantes y festejar su día el 21 de septiembre, y como anexo la llegada de la primavera, era lo prioritario. El desfile y la elección de la reina eran tomados como una prolongación de estos magníficos festejos que multiplicaban las ocasiones de "juntada".
Una mirada retrospectiva ubica a los leonenses en ese envidiable e inigualable rol de estudiante que sin atadura desata su irrefrenable alegría delante de un palco para festejar a la vida y la primavera, manteniendo algunos cliches propios y algunas diferenciaciones; un buzo sucio con engrudo e inscripciones de fibrón, en las chicas un viejo pantalón de jean con las manos marcadas en cada cachete, cotillón y caras pintadas, cánticos y música que desempolvan sus años y suenan a lo largo de la avenida identificando la alegría estudiantil.
Siendo parte ya la cultura leonense, el desfile de carroza, es sorprendente ver como mutó en los últimos 55 años después de la primera Reina de los Estudiantes, elección que hoy ya ni siquiera se pone en consideración para volver a realizarla. Pero sí se sigue adelante con cada alegoría que llenan de vida y color a la Avenida del Libertador y hacen rememorar con nostalgia las épocas más maravillosa, la de ser estudiante.
Todos los años las promociones se ponen al hombro la responsabilidad de guiar a los chicos que tienen entre 1 y 5 años menos, para tratar de liderarlos y timonear el barco para llegue a buen puerto. Éste es un trabajo que nadie les exige, pero el orgullo de ser PROSEU y ser los partícipes que redactan este trazo de la historia hace que la labor de estos menores sea memorable e infle el pecho de los leonenses, al saber que la vida se abre camino a pesar de los escollos que se le crucen.
La Municipalidad de Leones presente, como no puede ser de otra manera, es siempre un sólido pilar donde las promociones se apoyan para construir un festejo que tiene ribetes culturales y tradicionales no propios, que son de la primera PROSEU y cosas propias de la modernidad, por ejemplo transmitir en vivo para todo el mundo el desfile donde se lo puede ver en Facebook, Instagram, YouTube, Twitter u otros.
En 1985 para salvar la fiesta de los estudiantes era imperiosa la “Unión” de los alumnos de los colegios secundarios, y la unión debía darse en todas sus facetas: el dejar de lado los egos, el orgullo de pertenecer “a”, el juntarse “con”, el asistir “donde”, el clasismo en su pura expresión. 
Existía toda una filosofía de identidad que dividía, y había terminado en años anteriores con la organización de la fiesta máxima de los estudiantes, que infructuosamente trataba de ser organizada por una de las escuelas. 
Rescatar valores y recordar tradiciones exigía un profundo sacrificio, unir a los colegios ENSCBA – ENET Nº1 – Arte y Oficio Manuela Pedraza, era el camino porque la unión no tan sólo hace la fuerza, sino que también revitaliza el espíritu de igualdad y equidad. 
Hoy al nombre, que esgrimen orgullosamente los estudiantes desde hace 30 años, PROSEU, no es más que un hecho histórico y cultural que refleja a las PROMOCIONES SECUNDARIAS UNIDAS de LEONES.
Aún así los desafíos futuros son convivir en la Era Tecnológica, la de reunirse en un mismo galpón para hablarse por whatsapp, el realizar un evento propio del siglo XX, donde la hiper manualidad nada tiene que ver con el mundo de los Led, smart, bluetooth, WiFi, Play Station, smartphone, Redes Sociales, etc. 
La alegría y el festejo son atemporales, bien pueden coexistir de aquí al final de los tiempos, y ver a los jóvenes hacerlo llena el alma a los más grandes y vuelve nostálgicos a los jóvenes que años atrás pasaron por esas instancias, casi con irresponsabilidad total ante la compostura y buenas costumbres que le son propias como adultos.
La falta de reflejo es la que llama poderosamente la atención en la quietud de los padres ante el consumo desmedido, en algunos adolescentes, de alcohol. Un efecto hipodérmico que anestesia a los padres; no se entiende si es el no querer ver a sus hijos alcoholizados desfilar o bien pensar que solo están por demás de alegres; o que solo tomó un poquito... Esto a la desaprobación la vuelve invisible transformando a esta "aceptación" encubierta en otro hecho cultural que se instituye bajo la mirada de la familia y aleja la posibilidad de educar, poner límite a ese peligroso descontrol.
En todas las épocas se ha consumido alcohol, y en todas sus formas, porque no decirlo sería una hipocresía revestida de falsa moral, se han tomado bebidas blancas, aperitivos, cervezas, vinos y todo aquello que active la alegría festiva. Pero siempre fue en muchísima menor escala y siempre en post desfile. 
Hoy el consumo de alcohol se realiza antes y durante el desfile, hecho que lleva a “menores de edad” a situaciones lamentables poniendo en riesgo la integridad física y todo queda registrado en las retinas de sus padres y familiares, que asisten atónitos a lo que acontece y quizás festejen como el "pedito" de la nena o nene, o quizás los llene de vergüenza e impotencia por no saber cómo abordar esta situación.
El alcohol es la droga que más mata en el mundo, si de manera desmedida se lo consume, accidentes de tránsito, domésticos, actos temerarios (saltar arriba de un acoplado y caer al vacío, el arranque de un tractor, etc.), pueden desencadenar el hecho festivo en una terrible tragedia sin límites, que esto sin dudas terminaría con una hermosa tradición del desfile del estudiante o se daría una vuelta de rosca.
Este fue el punto menos agradable del exitoso desfile, un espectáculo que los padres deberían ahorrar al público presente para las próximas ediciones del festejo estudiantil secundario de Leones.

Por Julio Llabrés (El Informante)
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