Los comicios serán obligatorios para todos los ciudadanos y para todos los partidos políticos que quieran competir en las elecciones nacionales del 23 de octubre.
Unos 28 millones de argentinos votarán el próximo 14 de agosto en las primarias abiertas, obligatorias y simultáneas en un proceso electoral inédito en el país, en el marco de la reforma política aprobada en 2009 por el Congreso Nacional. Los comicios serán obligatorios para todos los ciudadanos y para todos los partidos políticos que quieran competir en las elecciones nacionales del 23 de octubre, aún cuando presenten lista única de precandidatos. Las elecciones son abiertas, ya que participan todos los ciudadanos, sean o no afiliados a alguna agrupación política, y simultáneos porque en el mismo acto electoral en todo el país los ciudadanos determinan todas las candidaturas a cargos nacionales, en las categorías de presidente y vicepresidente, diputados nacionales y senadores en las 8 provincias que este año renuevan sus representantes en la Cámara alta. En el distrito porteño, la jueza federal María Servini de Cubría resolvió que no podrán votar en las generales de octubre quienes no lo hagan en las primarias y no justifiquen su omisión dentro de los 60 días posteriores, medida que fue cuestionada desde el Poder Ejecutivo que consideró que no existe una inhabilitación para hacerlo. En forma simultánea se realizarán primarias en las provincias de Buenos Aires, San Luis, Entre Ríos y San Juan, en las que los habitantes de esos distritos deberán elegir quienes serán sus candidatos para las elecciones locales que se celebrarán juntamente con la nacional en octubre. El nuevo régimen electoral -que incorpora las primarias, entre otras novedades- fue sancionado con el espíritu de convertirse en un método de selección de candidaturas y de habilitación de partidos y alianzas para competir. Aunque postulen una lista única para cada categoría, los partidos deben presentarse igual y obtener un umbral de apoyo mínimo equivalente al 1,5% de los votos válidos en el distrito y para la categoría de cargo en la que pretenda competir, lo que lo habilitará a participar de las elecciones nacionales. Si se repite el promedio del 75 por ciento de votantes -unos 21 millones de ciudadanos-, el 1,5 por ciento representará poco más de 300 mil votos, la cantidad necesaria que cada partido, en cada categoría, debe obtener para ser habilitado para competir en las generales del 23 de octubre. Para los cargos nacionales, habrá listas únicas en las categorías de presidente y vice, pero en otras categorías -como diputados nacionales por Chaco, por ejemplo- se presentarán varias listas por partido. En tanto, en las primarias de las provincias -como la de Buenos Aires- se definirán muchos de los candidatos que participarán en octubre. Con la nueva ley, en todas las provincias se produjo una reducción sustancial de partidos políticos: mientras en diciembre de 2009, se computaban 713 partidos, en abril de este año esa cifra se redujo a 494, lo que implica una disminución del 30,71% en todo el país. De esta manera, se regresó a los niveles previos a la crisis política del 2001, que derivó en una fragmentación de los partidos. Según datos de la Dirección Nacional Electoral, para estos comicios se presentarán 206 listas de diputados nacionales, “que eran las cifras de las elecciones de 1999, números que eran tradicionales antes de la crisis del 2001 que generó la fragmentación y proliferación de las fuerzas”.
Unos 28 millones de argentinos votarán el próximo 14 de agosto en las primarias abiertas, obligatorias y simultáneas en un proceso electoral inédito en el país, en el marco de la reforma política aprobada en 2009 por el Congreso Nacional. Los comicios serán obligatorios para todos los ciudadanos y para todos los partidos políticos que quieran competir en las elecciones nacionales del 23 de octubre, aún cuando presenten lista única de precandidatos. Las elecciones son abiertas, ya que participan todos los ciudadanos, sean o no afiliados a alguna agrupación política, y simultáneos porque en el mismo acto electoral en todo el país los ciudadanos determinan todas las candidaturas a cargos nacionales, en las categorías de presidente y vicepresidente, diputados nacionales y senadores en las 8 provincias que este año renuevan sus representantes en la Cámara alta. En el distrito porteño, la jueza federal María Servini de Cubría resolvió que no podrán votar en las generales de octubre quienes no lo hagan en las primarias y no justifiquen su omisión dentro de los 60 días posteriores, medida que fue cuestionada desde el Poder Ejecutivo que consideró que no existe una inhabilitación para hacerlo. En forma simultánea se realizarán primarias en las provincias de Buenos Aires, San Luis, Entre Ríos y San Juan, en las que los habitantes de esos distritos deberán elegir quienes serán sus candidatos para las elecciones locales que se celebrarán juntamente con la nacional en octubre. El nuevo régimen electoral -que incorpora las primarias, entre otras novedades- fue sancionado con el espíritu de convertirse en un método de selección de candidaturas y de habilitación de partidos y alianzas para competir. Aunque postulen una lista única para cada categoría, los partidos deben presentarse igual y obtener un umbral de apoyo mínimo equivalente al 1,5% de los votos válidos en el distrito y para la categoría de cargo en la que pretenda competir, lo que lo habilitará a participar de las elecciones nacionales. Si se repite el promedio del 75 por ciento de votantes -unos 21 millones de ciudadanos-, el 1,5 por ciento representará poco más de 300 mil votos, la cantidad necesaria que cada partido, en cada categoría, debe obtener para ser habilitado para competir en las generales del 23 de octubre. Para los cargos nacionales, habrá listas únicas en las categorías de presidente y vice, pero en otras categorías -como diputados nacionales por Chaco, por ejemplo- se presentarán varias listas por partido. En tanto, en las primarias de las provincias -como la de Buenos Aires- se definirán muchos de los candidatos que participarán en octubre. Con la nueva ley, en todas las provincias se produjo una reducción sustancial de partidos políticos: mientras en diciembre de 2009, se computaban 713 partidos, en abril de este año esa cifra se redujo a 494, lo que implica una disminución del 30,71% en todo el país. De esta manera, se regresó a los niveles previos a la crisis política del 2001, que derivó en una fragmentación de los partidos. Según datos de la Dirección Nacional Electoral, para estos comicios se presentarán 206 listas de diputados nacionales, “que eran las cifras de las elecciones de 1999, números que eran tradicionales antes de la crisis del 2001 que generó la fragmentación y proliferación de las fuerzas”.
Info: La Mañana de Córdoba
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