La aeronave se precipitó sobre un campo en Oliveros. Sus dos tripulantes sufrieron fracturas. El hecho ocurrió a una semana de la tragedia en Venado, donde murieron cuatro aviadores.
El piloto de un Piper PA y su acompañante, ambos oriundos de Santo Tomé, sufrieron lesiones de consideración cuando intentaban aterrizar ayer en una pista ubicada a escasos metros de la ruta nacional 11, al lado de la Colonia Neuropsiquiátrica de esta ciudad ubicada a unos 40 kilómetros al norte de Rosario. Los ocupantes se encuentran fuera de peligro. El hecho sucedió a una semana de otro similar, aunque mucho más trágico ocurrido en Venado Tuerto, donde se estrelló un avión escuela y murieron sus cuatro pasajeros: un argentino, un ecuatoriano y dos peruanos.
Leonardo Zago de 27 años llevaba el mando del Piper, acompañado de Héctor Gaete, de 41. Ambos son oriundos de Santo Tomé y partieron del aeroclub de Gálvez rumbo a un taller de reparaciones y mantenimiento de aviones ubicado en un campo privado en Oliveros, lindante con la institución psiquiátrica, y cuya pista corre en forma paralela a la ruta 11. A la altura del kilómetro 356, y por causas que aún se desconocen, perdieron el control de la avioneta y se internaron en un monte de eucaliptus que parte en el campo y continúa hacia la colonia, estrellándose contra el follaje y curiosamente justo encima de una lancha que hace tiempo estaba abandonada en el lugar.
Estruendo. “Eran las 11.40 aproximadamente. Estábamos en el taller cuando sentimos un ruido y salimos afuera. Entonces vimos el avión incrustado en el monte cercano a la pista y corrimos a tratar de socorrer a los ocupantes y evitar con matafuegos que el Piper se incendiara, porque corría mucho combustible y el motor estaba caliente. Inmediatamente llamamos a las autoridades”, relató a La Capital Néstor Carmona, propietario del campo en cuestión, socio y mecánico del taller de aviones, habilitado por la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac).“Los dos ocupantes estaban conscientes y pedían a gritos que los sacáramos, porque sabían del peligro que corrían ante el riesgo de que se incendiara todo. El acompañante salió prácticamente solo, no estaba tan grave, pero el piloto se llevó la peor parte y los bomberos voluntarios, con la colaboración de la policía y los que estábamos ahí, debieron utilizar la tijera hidráulica para sacarlo de los hierros retorcidos y la tarea no les llevó menos de 50 minutos”, recordó Carmona.
Fracturados. Zago y Gaete fueron trasladados de urgencia al Policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria. Trascendió que el primero habría sufrido quebraduras en los miembros superiores y se encuentra fuera de peligro, mientras que el segundo padece fractura de pelvis y en las piernas, por lo que su estado es más delicado.Estamos consternados, no se sabe bien qué paso. Sólo sabemos que se la avioneta pasó cerca de unos árboles y se incrustó en el monte, que ayudó a amortiguar el impacto. Si no hubiera ocurrido de esta manera, el desenlace hubiera sido otro”, especuló Carmona.El lugar del siniestro se encuentra cercado para preservar las pruebas que hoy recolectarán los peritos de la Junta de Investigaciones de Accidentes dependiente de la Anac, para determinar las causas del impacto.
Leonardo Zago de 27 años llevaba el mando del Piper, acompañado de Héctor Gaete, de 41. Ambos son oriundos de Santo Tomé y partieron del aeroclub de Gálvez rumbo a un taller de reparaciones y mantenimiento de aviones ubicado en un campo privado en Oliveros, lindante con la institución psiquiátrica, y cuya pista corre en forma paralela a la ruta 11. A la altura del kilómetro 356, y por causas que aún se desconocen, perdieron el control de la avioneta y se internaron en un monte de eucaliptus que parte en el campo y continúa hacia la colonia, estrellándose contra el follaje y curiosamente justo encima de una lancha que hace tiempo estaba abandonada en el lugar.
Estruendo. “Eran las 11.40 aproximadamente. Estábamos en el taller cuando sentimos un ruido y salimos afuera. Entonces vimos el avión incrustado en el monte cercano a la pista y corrimos a tratar de socorrer a los ocupantes y evitar con matafuegos que el Piper se incendiara, porque corría mucho combustible y el motor estaba caliente. Inmediatamente llamamos a las autoridades”, relató a La Capital Néstor Carmona, propietario del campo en cuestión, socio y mecánico del taller de aviones, habilitado por la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac).“Los dos ocupantes estaban conscientes y pedían a gritos que los sacáramos, porque sabían del peligro que corrían ante el riesgo de que se incendiara todo. El acompañante salió prácticamente solo, no estaba tan grave, pero el piloto se llevó la peor parte y los bomberos voluntarios, con la colaboración de la policía y los que estábamos ahí, debieron utilizar la tijera hidráulica para sacarlo de los hierros retorcidos y la tarea no les llevó menos de 50 minutos”, recordó Carmona.
Fracturados. Zago y Gaete fueron trasladados de urgencia al Policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria. Trascendió que el primero habría sufrido quebraduras en los miembros superiores y se encuentra fuera de peligro, mientras que el segundo padece fractura de pelvis y en las piernas, por lo que su estado es más delicado.Estamos consternados, no se sabe bien qué paso. Sólo sabemos que se la avioneta pasó cerca de unos árboles y se incrustó en el monte, que ayudó a amortiguar el impacto. Si no hubiera ocurrido de esta manera, el desenlace hubiera sido otro”, especuló Carmona.El lugar del siniestro se encuentra cercado para preservar las pruebas que hoy recolectarán los peritos de la Junta de Investigaciones de Accidentes dependiente de la Anac, para determinar las causas del impacto.
Info: La Capital / Cdena Sudeste
(2594) Córdoba - Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario