“Lo mató ese hdp”, fueron las contundentes palabras de Mariela Flores, la mamá de Joaquín Sperani el nene de 14 años asesinado en Laboulaye, a pocos minutos de abandonar los Tribunales de Laboulaye y mantener una audiencia informativa con el juez Sebastián Moro. Acompañada de su esposo Martín Sperani y el abogado Raúl Frencia, la mujer no podía contener su impotencia y aplacar ese dolor que comenzó el 29 de junio pasado.
Ayer fueron citados por el titular del Juzgado de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil y Violencia Familiar, para informarles sobre la investigación. En ese marco, los papás de Joaquín pudieron ver las cámaras que mostraron el derrotero tanto de la víctima como de su supuesto victimario. Según Mariela, el juez les dijo que todas las pruebas y la reconstrucción del hecho hasta el momento conducen solo a una única persona, que es el chico, también de 14 años, detenido en el Complejo Esperanza.
Cada capítulo de este caso suma más horror. El relato de la mamá a Puntal ayer, tras detallar toda la información recibida por parte del juez Moro, así como también de las imágenes de cámaras que ella había pedido ver y a las que pudo acceder no le dejaron lugar a dudas. “Él lo mató. Yo solo pido que no salga más de la cárcel. Tengo miedo por mis otros hijos”, fueron algunos de los conceptos vertidos por Mariela.
Acceso a las filmaciones
“(El juez) nos mostró toda la investigación que hicieron. Desde la primera vez que estuve con ellos, después de encontrar a Joaquín muerto, yo les había pedido que hicieran un seguimiento desde que salió de casa a la escuela. Lo hicieron, y eso me confirma que el asesino es el amigo, es shockeante para mí, realmente. Es él el que lo mató, el hdp”, comenzó relatando la mamá.
Sobre las causas que habría llevado a tal aberrante ataque y desenlace, la familia dice desconocerlo, tampoco recibieron mayores datos de parte del juez.
La investigación sigue, pero al momento es unidireccional. Todo conduce a que habría un solo victimario y sería el joven inimputable L.
“El terror mío es que lo larguen. Porque todos hablan de los derechos de ese chico, y ¿los de mi hijo?”, se preguntó Mariela.
El terror mío es que lo larguen. Porque todos hablan de los derechos de ese chico, y ¿los de mi hijo?
“Que no lo dejen libre”
Flores le imploró al juez que no dejen libre al supuesto victimario de su hijo. “Le dije que no tiene que salir, porque no sé esa mente perversa qué puede hacer. Tengo miedo por mis otros hijos”. Para la mamá de Joaquín, el haberlo ultimado le “dio placer, porque no mostró en ningún momento sentimiento de dolor o resentimiento. Él dice ‘lo maté’ y no se le mueve nada”.
Sobre las filmaciones, Mariela detalló: “Nos mostró todo, con imagen, seguimiento, horarios, todo. Concuerda el relato de la hora que Joaquín sale de casa y después se ve a este psicópata, asesino, moviéndose de la escuela a la casa (abandonada), después vuelve. La psicóloga me dice que a mí me cuesta entender porque yo lo apreciaba a L., si se crió con mi hijo”, dijo al borde del llanto Mariela Flores.
Por el momento y de acuerdo a toda la investigación, habría un solo autor material del aberrante crimen. El chico, que por su edad es inimputable, se encuentra alojado en Córdoba.
“Hubo premeditación”
De acuerdo a la reconstrucción que la madre pudo ver del hecho durante la audiencia con el juez, Mariela detalló a Puntal que, de acuerdo a la secuencia reconstruida por la investigación, L. llegó a la escuela y dejó la mochila, pero no concurrió a la clase de gimnasia. A las 9.20 las cámaras lo toman saliendo de la escuela y fue a la casa abandonada. Cuarenta minutos después volvió a la escuela. Cuarenta minutos después busca a Joaquín en la escuela. “Entró al aula a la clase de Formación para la Vida, preguntando por mi hijo, pero él no estaba porque yo lo había hecho volver a casa ese día. Y Joaquín regresó cerca de las tres a clases de nuevo a la escuela. Ahí afuera lo esperaba L., por eso digo que fue premeditado”.
Posterior a ello, Joaquín salió con L. y unos 12 minutos después el supuesto autor volvió corriendo al colegio. “En el camino se le cae el celular -que sería el de Joaquín- y se lo coloca en la media. Si no se le hubiese caído el celular capaz que nadie sospecha de él”. Así ingresó al colegio y siguió la jornada. Luego, los hechos ya contados de la denuncia por desaparición hecha el jueves por la noche, las marchas y el desenlace final de encontrar a la víctima asesinada a golpes en una casa abandonada a la vuelta del colegio. “Hasta tuvo la frialdad L. de ir a clases el viernes y estar como sin nada, mientras mi hijo ya estaba muerto a espaldas de él”.
Según los datos preliminares de la autopsia, Joaquín muere tras recibir numerosos golpes en la cabeza con un objeto contundente, el cual está en poder de la Justicia, que además tendría restos de sangre y pelo de la víctima.
“Aún no lo pude llorar”
La mamá aún no ha podido hacer el duelo. Asegura que no puede llorar. “Sí tengo llanto de a ratos, pero no me pude desahogar. Quiero justicia y no voy a dejar que la causa se cierre hasta saber todo lo que pasó”, sentenció.
Laboulaye está triste, y así coinciden los vecinos. Hay un silencio que abruma en las calles y que interpela a toda la comunidad a reflexionar. “Si una mamá grita, reclama, pide que la escuchen, porque para eso están las autoridades”. Y se preguntó: “Qué hubiese pasado si el asesinado era el hijo del intendente o hubiese sido del comisario. Capaz dan vueltas la ciudad, golpean puerta por puerta. Esto no va por clase social, es porque se hicieron mal las cosas y a cualquiera le pudo haber pasado. Si no hubiese sido mi hijo, este loco podría haber agarrado a cualquier otro chico”.
Mariela quiere respuestas, saber por qué mataron a su hijo. “Pero este chico no dice nada. Lo reconoce al hecho, pero no genera ningún sentimiento”, finalizó la mamá.
Este chico no dice nada. Lo reconoce al hecho, pero no genera ningún sentimiento
Sobre cómo sobrelleva esta situación la familia, tienen contención psicológica, pero Mariela dice que solo lloró el día en que supo del crimen, ese domingo fatídico del 2 de julio. “Después, tengo angustia, llanto, pero no puedo llorar para desahogarme. La verdad es que no siento los latidos de mi corazón. No siento cómo respira mi cuerpo. Estoy anestesiada”, contó.
INFO: PUNTAL RIO CUARTO
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(2594) Córdoba - Argentina
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