Les achacan colaborar con un ex jefe de la barra brava de Newell's acusado como instigador del homicidio de un antecesor suyo.
Los dos policías detenidos el viernes en una causa por corrupción ligada a la barra brava de Newell’s fueron imputados como miembros de una asociación ilícita dirigida por el condenado como jefe de Los Monos Ariel “Guille” Cantero y otras facciones que hoy por hoy aparecen como enfrentadas entre sí “cuyo objeto es obtener dinero mediante violencias y amenazas a distintas personas, usurpaciones de domicilios, abusos de armas y extorsiones”.
Los efectivos, que trabajaban en el Centro de Justicia Penal (CJP) con fiscales que investigan homicidios, fueron acusados además de otros delitos como violación de secretos y encubrimiento a partir de una estrecha relación con un grupo liderado por un barra brava de Newell’s actualmente detenido por el homicidio de un antecesor suyo en el paravalanchas.
Los policías David Luciano Arellano y Marcos Emanuel Barúa fueron imputados en la tarde de este martes 7. Al finalizar la audiencia la jueza de primera instancia Verónica Lamas González les dictó la prisión preventiva por el plazo de ley de hasta dos años, luego de rechazar los pedidos de sus respectivas defensas para morigerar esas medidas cautelares.
Los fiscales de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos José Luis Caterina y Matías Edery les reprocharon a los policías ser parte de una de las células que, también desde prisión, tributan a esa organización común en cuya cúspide está situado Cantero desde su celda en la cárcel federal de Marcos Paz.
En ese sentido, los acusadores ubicaron a los policías dentro de la facción liderada por Vinardi en la que también está enrolado un ex líder de la barra brava de Newell’s, Guillermo Miguel “Chupa” Sosa.
En líneas generales se les reprochó haberse encargado de brindar al grupo un soporte estatal desde su rol como policías.
Durante la audiencia los policías optaron por declarar y responder preguntas, según indicaron fuentes judiciales.
En el caso de Arellano, comentó que conoce a Raffo desde hace doce años. Y Barúa aseguró que los diálogos con Sosa —con quien admitió tener un parentesco político— sobre los “trabajos” que le invitaba a realizar y para lo cual le pedía que llevara su arma habían sido en broma.
INFO: LA CAPITAL
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