El cura párroco de Marcos Juárez, Oscar Piccinini, pidió el traslado a otro pueblo a raíz de la falta de compromiso y colaboración de los fieles de esa ciudad cordobesa, enclavada en una zona agropecuaria de gran riqueza.
El sacerdote de la parroquia Asunción descartó que la solicitud de mudanza elevada al Obispado de Villa María haya sido generada por acosos que recibe en las últimas horas de parte de una mujer que asiste a su parroquia.
"Creo que la parroquia necesita profundos cambios. No podemos quedarnos en el cristianismo de la palabra sino que debemos comprometernos. Esa falta de compromiso hace que a veces le pese y lo canse al sacerdote", señaló Piccinini.
"A veces uno no recibe la correspondencia a lo que plantea y dice. Le tiran todo el peso de una comunidad, que es responsabilidad de todos. La comunidad parroquial debe asumir más compromisos", avanzó el cura.
En relación al acoso sexual del que es víctima, Piccinini dijo: "No sé si algún sacerdote no haya sufrido acoso en algún momento. A mí no me mueve todo esto que planteo a la comunidad por una cuestión de acoso sexual. Si uno tiene bien claro lo que quiere no debe sentir temor frente al acoso de una mujer".
"Me pesa más la indiferencia -añadió- que la comunidad no se haga cargo de lo que debe vivir. Lo que cansa, más que el acoso, es que a uno lo midan en relación a lo que otro sacerdote hizo o dejó de hacer".
El cura se radicó en Marcos Juárez hace más de dos años por decisión del Obispado de Villa María, en reemplazo del anterior cura que dejó los hábitos luego de renunciar a su ministerio eclesial para casarse.
El sacerdote llegó con ese contexto, lo que varias veces lo llevó a admitir que la comparación entre él y su antecesor era constante de parte de quienes asisten a la Iglesia.
"Esto de estar continuamente rindiendo examen genera un cansancio. Entonces, si no puedo trabajar cómodamente y hacer lo que Cristo me pide, quizá otro sacerdote pueda hacerlo", consignó.
En otro orden, Piccinini recordó que cuando asumió en la parroquia, la comunidad católica aportaba una importante cantidad de dinero para financiar las distintas actividades y puntualizó que con el paso del tiempo las donaciones se redujeron drásticamente.
Al respecto, cabe puntualizar que una de las claves para entender la ruptura de la relación entre la comunidad de Marcos Juárez con Piccinini es su intención de comprar una casa parroquial en otro lugar de la ciudad, donde pudiera descansar con más tranquilidad.
Para ello pretendía adquirir una propiedad que costaba 85 mil dólares y había ofrecido poner 20 mil pesos de su propio patrimonio con ese fin.
El sacerdote de la parroquia Asunción descartó que la solicitud de mudanza elevada al Obispado de Villa María haya sido generada por acosos que recibe en las últimas horas de parte de una mujer que asiste a su parroquia.
"Creo que la parroquia necesita profundos cambios. No podemos quedarnos en el cristianismo de la palabra sino que debemos comprometernos. Esa falta de compromiso hace que a veces le pese y lo canse al sacerdote", señaló Piccinini.
"A veces uno no recibe la correspondencia a lo que plantea y dice. Le tiran todo el peso de una comunidad, que es responsabilidad de todos. La comunidad parroquial debe asumir más compromisos", avanzó el cura.
En relación al acoso sexual del que es víctima, Piccinini dijo: "No sé si algún sacerdote no haya sufrido acoso en algún momento. A mí no me mueve todo esto que planteo a la comunidad por una cuestión de acoso sexual. Si uno tiene bien claro lo que quiere no debe sentir temor frente al acoso de una mujer".
"Me pesa más la indiferencia -añadió- que la comunidad no se haga cargo de lo que debe vivir. Lo que cansa, más que el acoso, es que a uno lo midan en relación a lo que otro sacerdote hizo o dejó de hacer".
El cura se radicó en Marcos Juárez hace más de dos años por decisión del Obispado de Villa María, en reemplazo del anterior cura que dejó los hábitos luego de renunciar a su ministerio eclesial para casarse.
El sacerdote llegó con ese contexto, lo que varias veces lo llevó a admitir que la comparación entre él y su antecesor era constante de parte de quienes asisten a la Iglesia.
"Esto de estar continuamente rindiendo examen genera un cansancio. Entonces, si no puedo trabajar cómodamente y hacer lo que Cristo me pide, quizá otro sacerdote pueda hacerlo", consignó.
En otro orden, Piccinini recordó que cuando asumió en la parroquia, la comunidad católica aportaba una importante cantidad de dinero para financiar las distintas actividades y puntualizó que con el paso del tiempo las donaciones se redujeron drásticamente.
Al respecto, cabe puntualizar que una de las claves para entender la ruptura de la relación entre la comunidad de Marcos Juárez con Piccinini es su intención de comprar una casa parroquial en otro lugar de la ciudad, donde pudiera descansar con más tranquilidad.
Para ello pretendía adquirir una propiedad que costaba 85 mil dólares y había ofrecido poner 20 mil pesos de su propio patrimonio con ese fin.
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