En la ciudad de Córdoba se siguen consumiendo 315 litros por persona y por día, a pesar de la alerta amarilla provincial. Ajustarán los controles y las multas.
La alerta amarilla en las cuencas del San Roque y Los Molinos, declarada hace más de tres meses por el Gobierno provincial, tenía por objetivo tomar medidas para evitar una catástrofe hídrica. Pero también fue un llamado de atención a los cordobeses para que restringieran el consumo de agua.
El primer objetivo parece cumplirse. Desde la Subsecretaría de Recursos Hídricos de Córdoba explicaron que la situación es preocupante pero no crítica. En el estado actual, el agua está asegurada hasta diciembre, aunque las lluvias de mediados de noviembre aliviarían la situación.
Sin embargo, el segundo objetivo, bajar el consumo, no se cumplió. Antes de la alerta, en junio, cada cordobés consumió 317 litros por día. En julio, 308.
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