El sacerdote villanovense Gustavo Casas, cura párroco de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Río Tercero, fue apartado de su cargo por el Obispado de Villa María, desde donde en un comunicado oficial indicaron que la resolución sobre el presbítero se dio “por haber faltado a las normas eclesiásticas en la celebración del sacramento de la Reconciliación”.
El hombre fue acusado por los padres de menores que indicaron que el religioso fotografío y filmó a los niños durante su primera confesión.
“Por esta razón, el Obispo diocesano ha nombrado administrador parroquial de la parroquia al Presbítero Marcos Dequino y designado al Presbítero Darío Barrera para precisar el alcance de los hechos y la responsabilidad del sacerdote”, informaron en el escueto comunicado.
Casas es oriundo de Villa Nueva, pero nunca ejerció en su ciudad. Antes de Río Tercero, donde llevaba un año y medio, estuvo seis años en la Parroquia San José de Hernando. En abril de 2016, se produjo un “enroque” con el “cura sanador” Ángel Aguirre. Casas tiene 20 años de sacerdocio.
En un episodio confuso, fue denunciado por padres de alumnos de cuarto grado del Instituto Diocesano Doctor Alexis Carrel, quienes afirmaron que el cura fotografió a sus hijos de forma individual, e hicieron presentaciones ante la escuela, el Obispado y la Justicia. Tras apartar al sacerdote de su cargo hasta que se aclare la situación, se iniciaron las investigaciones para establecer las circunstancias de los hechos.
De acuerdo a lo informado por FM Sol de Río Tercero, además de las fotos habría mantenido una conversación telefónica utilizando frases que generaron confusión y preocupación. “Al recibir el testimonio de sus hijos, padres se pusieron de acuerdo para realizar una denuncia judicial y también le manifestaron lo ocurrido a las autoridades del establecimiento que habrían comunicado lo sucedido al Obispado de Villa María y generaron una reunión con el sacerdote para esclarecer la situación. Esa supuesta reunión debía realizarse anoche (por el martes) pero el cura nunca se presentó y dejó una carta escrita en la que acepta haber estado con el teléfono mientras confesaba, pero negó “que sea con fines espúreos”.
Ayer, en declaraciones a la misma emisora radial, el representante legal del Instituto Alexis Carrel, Walter González, relató: “Como todos los años, propiciamos que nuestros alumnos tomen el sacramento de la Comunión, y como siempre también recibe el sacramento de la confesión cada uno de los niños, con el párroco que está a cargo de la Parroquia de Lourdes, que es nuestro nexo.
En esas circunstancias, una vez que transcurrió el evento, dos padres de las tres divisiones nos manifestaron que el padre habría tomado fotografías de los niños, y que ellos lo tomaban como sospechoso. Nosotros iniciamos de inmediato las consultas correspondientes con quienes debíamos hacerlo, porque el párroco no es empleado de la institución”.
“Llamamos al Obispado de Villa María, para que consultara los hechos con el sacerdote, y nos pusimos a disposición de los padres, que redactaron una nota. El obispo Jofré se apersonó el viernes pasado en Río Tercero, habló con el sacerdote”, agregó.
González indicó que “el martes el sacerdote se puso a disposición de los padres para explicar la situación y la versión de él. Allí el Obispado vino, apartó a Gustavo Casas e inició la investigación como se hace en el derecho canónico”.
“De acuerdo al relato de los niños a sus padres, fueron tres casos puntuales, en los que se los fotografió de forma individual, y que el sacerdote nunca dejó el teléfono. El sacerdote dijo que no fue de forma individual, sino que en el fondo estaba el resto del grupo”, concluyó el letrado.
Info: Puntal Rio Cuarto
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(2594) Córdoba - Argentina
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