Era dirigida desde la cárcel por dos personas. En febrero la Justicia les secuestró drogas, dinero y vehículos de lujo.
Los 13 integrantes de una presunta organización narco que era comanda desde la cárcel de Villa María fueron imputados por el Ministerio Público Fiscal, acusado de proveer cocaína y marihuana en “quioscos” de Villa María, Villa Nueva, General Deheza, Dalmacio Vélez y Río Tercero.
Los dos presuntos líderes son Carlos Miguel Gilli y Darío Eloy Ruiz, quienes estaban en la cárcel de Villa María por distintas causas de violencia: el primero, denunciado por su suegro; y el restante, implicado en el ataque a balazos a un “naranjita” de aquella ciudad.
El 27 de febrero, la Policía Federal desplegó una serie de allanamientos y secuestró más de 30 kilos de marihuana y 600 mil pesos. Ese día, nueve personas fueron detenidas (los líderes ya estaban presos). Y la investigación determinó que otros dos estarían implicados, por lo que se dictó el pedido de captura.
Según la acusación del Ministerio Público Fiscal, la pareja, de Carlos Gilli, Melisa Sacchetto, el padre y el hermano, Miguel y Diego Gilli, respectivamente, están implicados en la investigación y detenidos. Al igual que la pareja del otro líder de la banda, Lorena Otín.
No son los únicos familiares detenidos en esta causa: Pedro y Guido Pittavino, padre e hijo respectivamente, también están tras las rejas desde el 27 de febrero.
Los otros detenidos son Juan Antonio López, Jorge Alberto Centioni y Miguel Ángel Quiñonez, y la Justicia dictó el pedido de captura de Franco Sebastián Borghi y Santiago Oreste Olivero.
Carlos Gilli (28) vive en Villa Nueva y está detenido desde el año pasado cuando su suegro lo denunció por amenazas. El hombre ya tenía numerosos antecedentes por violencia familiar, narcotráfico y otros delitos penales.
En el caso del otro supuesto líder, Darío Eloy “Chilenito” Ruiz, estaba detenido a la espera de ser juzgado por el ataque a tiros a un "naranjita" en las calles de Villa María. Se acusa a Ruiz de ser el auto intelectual del ataque.
Según señaló la fiscal federal María Marta Schianni, los familiares Pedro y Guido Pittavino eran los encargados de recibir los narcóticos –que llegaban desde Córdoba capital– y de guardar el dinero recaudado por la venta minorista en los distintos kioscos. Por su parte, Juan Antonio López era quien transportaba los narcóticos, mientras que Miguel Gilli guardaba el dinero de la venta de la droga y luego lo destinaba conforme se lo indicaban sus hijos Carlos –desde la cárcel– y Diego.
Asimismo, Schiani tuvo por acreditado que Sachetto y Otín vendían droga para sus parejas –Carlos Gilli y Eloy Ruíz- y que Jorge Centioni fue quien registró a su nombre los equipos de telefonía que utilizaba la banda. Por último, se sindicó a Quiñonez y Borghi como los encargados de repartir la droga a los diferentes “quioscos” locales.
Finalmente, Edgardo Ángel Munch, quien estuvo detenido desde el 2 de marzo en esta causa, fue liberado al no encontrarse hasta ahora pruebas en su contra: "si bien se registró una conversación entre él y uno de los líderes de la banda para prestar eventualmente su domicilio para guardar el estupefaciente, esto no se concretó y no pudo corroborarse otra circunstancia de relevancia que permita vincularlo como integrante de la organización", indicó la fiscal.
INFO: DIA A DIA
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