Denunció que lo estafaron al venderle un 0 km porque no sabe leer ni escribir.
El damnificado es oriundo de la localidad de Morrison y fue engañado por un vendedor de Córdoba capital. Al parecer perdió su auto usado y le remataron el automóvil por no poder abonarlo. La abogada indicó que la víctima no sabe leer ni escribir.
Dijo que le facturaron el 100% del nuevo con crédito prendario UVA, sin descontarle el valor del usado que entregó como parte de pago. Perdió ambos vehículos. Imputaron de estafa al vendedor. La defensa niega la estafa y da sus razones.
Hugo Antonio Simionatto volvió a su casa en la pequeña localidad de Morrison en su Chevrolet Prisma LT nuevo, pero rápidamente se sumió en la desazón.
“Me di cuenta, porque me lo hicieron ver algunos amigos, de que había sido engañado”, contó en la denuncia que investiga la Fiscalía del Distrito 2, Turno 5.
EL CASO
Simionatto es remisero en Morrison y siempre ha trabajado en el campo. Contó que a fines de 2018 hizo poner un aviso en Facebook con la intención de comprar un auto. “Digo ‘hice publicar’, porque no sé leer ni escribir. Solamente conozco los números. Firmo y nada más”, remarcó.
El hombre dijo que un vendedor vio el aviso y le envió los requisitos para acceder al cero kilómetro a través de la firma Citycar Argentina-Brown Gregorietti SAS, revendedora de otra concesionaria.
De acuerdo con la denuncia, se reunieron en una oficina de calle San Lorenzo, en la ciudad de Córdoba, para firmar un contrato redactado a mano por el vendedor Pablo Rául Sosa (42) -bajo el nombre Pablo Gregorietti- para poder adquirir un Prisma LT 1.4 cero kilómetro en hasta 60 cuotas y la cancelación del 30 por ciento del valor final, a entregar en la cuota 3.
El fiscal indicó que Sosa le hizo solicitar un crédito prendario UVA en una sucursal del Banco Santander Río con una tasa actualizable de 16 por ciento a pagar en 60 cuotas de 12.061 pesos para financiar la compra.
Simionatto dijo que lo citó al banco para hacerlo firmar la documentación para la obtención del crédito por el valor total del vehículo (492 mil pesos), algo que, según denunció, ignoraba porque no sabía lo que estaba firmando.
“Desde el primer momento de contacto, le hice saber al (vendedor) que yo no sabía leer ni escribir. Y ante esa circunstancia se mostró muy comunicativo, simpático. Hizo todo lo posible para que pasara lo que pasó”, denunció.
“Se abusó de mi ignorancia y logró de mi parte tenerle una confianza ciega, y creer que estaba con la persona justa, honesta haciendo el mejor negocio de mi vida, porque así me lo hacía saber a cada ratito”, contó.
El banco acreditó el préstamo cubriendo de esa forma el valor total del auto bajo prenda. Según declaró un empleado de una concesionaria de Córdoba (que dijo conocer al exempleado Sosa, quien ya no trabajaba en esa empresa), el mecanismo habitual con las firmas revendedoras es que ellas compran los vehículos y luego los revenden al consumidor final, generalmente de manera financiada con créditos bancarios.
QUE DIJO EL FISCAL
Sosa, de forma engañosa, lo habría estafado al cliente al hacerle firmar un contrato de compraventa del Fiat Siena (modelo 2015, con GNC) que Simionatto tenía intenciones de entregar como parte de pago por el cero kilómetro.
Sosa, “toda vez que, abusando de la confianza dispensada, le habría manifestado falsamente que una vez que le llegasen los papeles del banco, le depositarían el valor del mismo (tasado en 240 mil pesos) y que dicho monto se le tomaría como parte de pago” del Prisma, de acuerdo al dictamen al que accedió La Voz.
De ese modo “quedaría descontado” del monto del crédito, “logrando a través de dicho engaño, que Simionatto le hiciera entrega” del Siena en ese momento, junto con toda la documentación, “en la creencia que le sería depositado dicho monto con posterioridad”. Sosa fue imputado por estafa en diciembre pasado y está en libertad.
Según Simionatto, acordaron que al momento de retirar el Prisma, entregaría el Siena y cancelaría las 57 cuotas restantes (dijo haber pagado tres de las 60) hasta completar el valor del auto nuevo.
El 18 de febrero de 2019 fue a retirar su auto a una concesionaria en la que harían el trámite “llave por llave”. Dejó el Siena y volvió a Morrison en el Prisma. Al llegar al pueblo, los amigos le alertaron de la supuesta estafa ya que en la facturación figuraba la nueva adquisición por 492 mil pesos sin la quita por la entrega del usado en forma de pago.
“Valiéndose de que yo no sabía leer ni escribir, en la factura no figura la entrega del Fiat Siena. Puesto que si el auto vale 492 mil pesos, debieron haberme descontado los 240 mil pesos en que me tasaron el Fiat Siena”, razonó.
El hombre dijo que a eso se sumó la obtención del crédito para financiar el monto del auto: “La otra gravedad es que en el banco me hicieron firmar un crédito prendario del tipo UVA por este valor. Y aquellas cuotas fijas de 5.500 pesos aproximadamente, hoy se han transformado en 14 mil pesos”.
Indicó que en el banco nunca le informaron sobre la modalidad del crédito y que se siente engañado por la presunta maniobra de Sosa. “Lo reitero, para que quede bien claro: fueron los amigos, los que al leer la documentación, me dijeron: ‘Te han jodido’”, dijo.
“Si bien es cierto que no soy incapaz total, soy analfabeto habiendo ido nada más que a primero inferior de la escuela primaria y desarrollado toda mi vida en el campo”, lamentó y dijo que el vendedor se ganó su confianza porque le dijo que la operación era “legal y normal”.
El hombre dijo que no pudo comunicarse por teléfono con la empresa. “Caí. Fui engañado y estafado. “Fui desapoderado de mi automóvil (el Siena) y ahora el perjuicio es tremendo”, opinó.
LO QUE DICEN LOS ABOGADOS
Su abogada, Mariana Margarita Ledesma, dijo a La Voz que el hombre no pudo pagar las cuotas del Prisma, que fue rematado y que actualmente debe 200 mil pesos al banco. "Se quedó sin el cero kilómetro y el usado porque al Fiat Siena ya lo habían vendido a un tercero y éste se presentó manifestando que era comprador de buena fe”, dijo.
El fiscal dispuso “una medida de no innovar y nunca se pudo transferir. El fiscal pidió el secuestro y vamos a presentar un escrito para pedirlo como depositario judicial”.
“El auto es su medio de subsistencia porque es remisero en el pueblo. Y se quedó sin nada. Se aprovecharon porque vieron que no sabía leer no escribir”, consideró y señaló que también presentó un reclamo en Defensa del Consumidor.
LA DEFENSA
Por su parte, Matías Brignone, abogado de Sosa, indicó que inicialmente su defendido negó los hechos y se abstuvo de declarar como parte de la estrategia defensiva. “Luego ampliamos la declaración y negamos los hechos. Aportamos pruebas”, explicó a La Voz.
Sobre Simionatto, mencionó que “escribe, firma” y que al banco fue con su esposa y que recibió asesoramiento. “No existe la estafa; lo tendremos que demostrar. Pero no entendió la negociación y se vio estafado”, afirmó.
Por ahora, esperan novedades una vez que se levanten las restricciones que existen en Tribunales por la cuarentena.
INFO: LA VOZ DEL INTERIOR
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