Sólo en la zona de Villa Maria y Bell Ville en los últimos meses se registraron choques de alto riesgo, con animales muertos y personas heridas. Municipios piden coordinar más acciones con la Policía.
Villa María, Bell Ville. Del fondo de una madrugada oscura, apareció un caballo que impactó contra el lado del conductor del auto. El vehículo sufrió graves daños y el equino murió por el fuerte choque. No había luces en ese acceso a Villa María y la llovizna dificultaba más la visión. De milagro, ninguno de los cuatro ocupantes sufrió heridas.
En Bell Ville, un remisero perdió la vida luego de chocar violentamente contra un árbol. Había intentado esquivar un caballo que se cruzó sobre el asfalto.
Estos episodios ocurrieron en los últimos meses, en una misma región, y son parte de una problemática que se extiende a otras zonas y ciudades, y que no siempre tienen la normativa o los recursos para controlar a los caballos que andan sueltos. Son animales usados en algunos casos por carreros que juntan cartones o extraen arena del río. Y los dejan sueltos para que pastoreen. En otros casos tienen tipo otro tipo de propietarios y origen. Hasta en rutas bajo peaje han ocurrido accidentes con animales.
En primera persona
Pablo Cabello conducía el auto que a las 6.15 del martes 5 de julio pasado chocó con un caballo cuando salían de Villa María rumbo a Rosario. “No lo vi, no tuve chance de esquivarlo. Cuando sentí el impacto, ya había estallado el parabrisas. El caballo cayó y murió. Nosotros paramos para tratar de alertar a otros conductores. No se veía nada”, relató el empresario a La Voz.
Cuando pudieron descender del auto notaron que había otros tres caballos caminando sobre el asfalto. En esa zona no hay señales de tránsito que adviertan sobre la posibilidad de presencia de animales y el conductor pidió que las coloquen. “Si uno ve el cartel, se pone en alerta. Es lo más simple”, razonó.
En Bell Ville crearon hace poco una ordenanza que habilita al municipio a secuestrar y rematar caballos sueltos. Vienen de algunos desentendimientos con la Policía provincial por la custodia de los equinos, pero están tratando de solucionarlo. Tuvieron casos de roturas de alambrados y hasta la destrucción de una tapia por parte de personas que reclamaban la propiedad de los animales secuestrados, y se los llevaron a la fuerza de donde estaban alojados.
“Después de varias reuniones se retomaron los controles. Antes la ordenanza sólo imponía multas, pero ahora decomisamos, marcamos y obtenemos la libreta sanitaria para sacarlo a remate”, explicó el secretario general del municipio, Nicolás Montuori.
En Bell Ville estimó que hay unos 30 carreros y cerca de 250 caballos que circulan por la zona.
INFO: LA VOZ DEL INTERIOR
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