DEÁN FUNES - Un robo, un ajuste de cuentas o una cuestión pasional, las tres teorías que barabaja el fiscal Eduardo Gómez sobre los motivos de la muerte de un policía, hallado presuntamente con un tiro en la cabeza.
El uniformado de 37 años, que prestaba servicios en el Distrito 7 de Córdoba Capital, vivía solo en la vivienda del bulevar Mitre al 800 de la localidad del norte cordobés. Qué ocurrió en ese inmueble, es la pregunta que se hacían los investigadores, ya que estaba cerrado con llave y tenía los vidrios de una ventana rotos. Sobre el piso del patio yacía el cuerpo de la víctima, con indicios de varios golpes en la cabeza. Al lado, se encontraba la llave de la casa y una botella de cerveza, que habría ido a comprar a pocos metros del lugar. Justamente al regresar, la víctima, identificada como Pablo Rodríguez, se habría encontrado con su o sus asesinos.
Aunque en principio se creyó que se trataba de un suicidio, tras las pesquisas realizadas anoche por la Policía Judicial, los investigadores fortalecieron la hipótesis del crimen.
Los pesquisas recaban información entre los vecinos y allegados sobre lo que podría haber ocurrido. Un cercano dijo haberlo visto por última vez con vida el martes por la noche.
Al cierre de esta edición el fiscal Gómez esperaba un informe preliminar de la autopsia. Rodríguez, estaba separado hace seis años y tenía un hijo.
Es un caso muy “complicado”, destacó el fiscal, que no descartaba ninguna hipótesis sobre lo ocurrido.
INFO: LA MAÑANA DE CÓRDOBA
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